Si queremos producir bienes de
consumo para el mercado interno y poder llegar a exportar, se deben asumir los
costos reales de producción sin ningún tipo de subsidios, es decir, “no caernos
a coba”.
Humildemente creo que estamos
entrampados en la creencia que por ser venezolanos nos tienen que regalar todo
lo que consumimos, aunque el resultado sea el colapso de nuestra economía
ahuecada por la corrupción, contrabando, importación de contenedores vacíos y
otros males. Consecuencia inevitable: La muerte de nuestra gallina de huevos de
oro, PDVSA.
La revolución bolivariana,
nuestro socialismo del siglo XXI, -ese que estamos construyendo-, bien puede aprovechar
las experiencias de todos los sistemas económicos que operan en el mundo y en
base a esas experiencias, adecuar a nuestra realidad interna el que nos
convenga.
Ofrecemos, -grosso modo-, un sistema venezolanísimo de economía interna.
Las empresas productoras de los
sectores público, privado, comunal y mixto deben aplicar una estructura de
costos real, sin subsidios, de manera que el precio final del producto no sea susceptible
a manipulación ni tiente el deseo morboso de contrabandearlo.
Usted que me lee estará pensando
que estoy loco y que lo que propongo es un paquetazo, pero ¡NO!.
Se pretende blindar nuestra
economía. Los beneficios deben ser a lo interno, eliminando el colador por
donde se fugan las bondades de la revolución al exterior y nos tienen en la
situación actual que nos ocupa.
Para efectos externos a nuestra
frontera, el precio final de los productos que fabriquemos o importemos, deben
tener precios “internacionales”. De raíz se soluciona el asunto del
contrabando, tan sencillo como que no va a ser negocio para ciudadanos y funcionarios
que tienen como denominador común la corrupción. Los personajes “uñas largas”.
Luego de aplicar lo anterior, si
podremos decir entonces que, -como venezolanos-, tenemos el derecho a disfrutar
de las bondades del Socialismo del siglo XXI, ese que utiliza los beneficios de
PDVSA para (entre otras cosas) subsidiar, tanto los productos de primera
necesidad como otros bienes y servicios que a todas luces no son prioritarios
pero que abonan a tener “calidad de vida”, que nos acercan a nuestra meta: “La
mayor suma de felicidad posible”.
Pero, ¿cómo lo podemos llevar a cabo?
¡Con nuestra huella digital!, esa
que nos ha dado poder electoral, que nos garantiza que nuestro voto es único e
irrepetible. Un sistema INCORRUPTIBLE.
Pues bien, hagamos un ejercicio
de aplicación de este sistema de consumo venezolanísimo:
Vamos a hacer mercado, a nuestro
abasto Bicentenario más cercano y hacemos la compra regular. En la caja, coloco
mi huella dactilar y el sistema verifica que la compra de productos esta dentro
mi patrón de consumo “AL DETAL” familiar y/o personal. Se aprueba el subsidio.
Se le paga a Bicentenario el
monto menos el subsidio y Bicentenario se encargará de cobrar ese diferencial
(el subsidio) al organismo creado para ello.
Si deseamos comprar una cantidad
adicional de esos productor…porque… ¡nos da la gana!!!, (así de grosero) pues se
compra, pero al PVP de mercado.
Igual se puede aplicar a la
compra de productos de línea blanca o marrón.
En primera persona: ¿Quiero un
aire acondicionado HAIER de esos bien bellos de 18 mil BTU?, pues voy a mi
tienda, pongo mi huella y lo compro a Bs. 9.800,00 que es el precio “justo”.
Ahh!, ¿quiero comprar otro?, pues lo compro al precio de mercado y no a través
de mercadolibre como ocurre diariamente.
Se le acaba el negocio a los
corruptos y bandidos que revenden esos productos, perjudicando a muchos
(Gobierno, divisas, SENIAT, rentabilidad de empresas, y muchos etc.).
¡El uso de nuestra huella
generará ingresos a La República!, la fábrica o importadora cumple su
estructura de costos y deja de ser una empresa deficitaria, paria del sistema.
Se satisface al mercado interno, las necesidades del subsidiado (que es el común
denominador, el pueblo pues) y al consumista compulsivo que, a fin de cuentas,
ayudará al proceso productivo del país. Se
frena el contrabando de extracción y se es competitivo para exportar a países
hermanos. Mas ingresos a distribuir entre nosotros mismos, esa espiral si es de
progreso, EN SOCIALISMO.
¡Ahh, muy importante!: Junto a
una política de seguridad jurídica y reglas claras de parte del alto gobierno,
generará inversiones nacionales y extranjeras (ALBA, MERCOSUR, CELAC)
¡Imaginemos aplicar este esquema
de subsidio a la gasolina!, nuestra huella activa la tarifa “para venezolanos”
y los turistas y consumistas inconscientes, ¡que paguen a tarifa internacional!.
Mi número de cédula tiene
registrado todos mis consumos y compra de bienes. Mi huella dactilar activa y
consulta mis cupos disponibles, es decir, YO tengo el poder de decidir que
consumo a precios subsidiado y que pago a precio de mercado.
Esta propuesta pretende contrarrestar
de manera eficiente tres problemas de fondo: FALTA DE PRODUCCIÓN, EL CONTRABANDO
DE EXTRACCIÓN y LA CORRUPCIÓN.
Propuestas propositivas para
abonar a la construcción de nuestro Socialismo del Siglo XXI. Es posible si lo internalizamos
y apoyamos de manera irrestricta.
Por y para nuestros hijos.
Asumámoslo pues con compromiso
CHAVISTA. ¡No podemos fallar!
Fernando Luis Vegas
Alí Primera escribió en uno de
sus poemas musicales:
“Nosotros hagamos
la historia, que otros la escriban en un mundo mejor”.
Tremenda responsabilidad.
Balurdo...
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