Por: Andreina
García Reina.
El
trabajo y análisis económico de Víctor Álvarez, investigador del Centro
Internacional Miranda (CIM), ha sido reconocido con el Premio Nacional de
Ciencias, dos veces la Mención Honorífica del Premio Internacional “Libertador”
al Pensamiento Crítico, el Premio Municipal “Gustavo Machado”, el Premio
Ensayo Crítico “William Lara” y la Orden "Arturo Michelena".
En el
gobierno del Presidente Chávez se desempeñó como Ministro de Industrias Básicas
y Minería (2005-2006), Presidente de la CVG, Director de PDVSA, Presidente del
Banco de Comercio Exterior (BANCOEX), Viceministro de Industrias y Director
Ejecutivo del Consejo de Desarrollo Industrial.
¿Cuáles son
las medidas urgentes para salir de la crisis?
El gobierno aún
tiene margen de maniobra para poner en marcha un Programa de Estabilización
Económica con Bienestar Social, con medidas que tendrían un impacto positivo
sobre la economía y la sociedad. Puede sincerar el precio de la gasolina,
unificar el régimen de cambios, reorientar en favor de la producción nacional
las importaciones gubernamentales, reducir el gasto militar para priorizar la
inversión en salud y seguridad, reprogramar el pago en divisas de las obras de
infraestructura contratadas a Brasil, China, Irán, etc., recomprar la deuda
externa que se remata con un descuento de más de 50 %, renegociar la deuda
externa para aliviar los pagos en 2016 y 2017, y sustituir los ineficientes
subsidios directos por subsidios directos a los hogares pobres.
Algunos
economistas han criticado que el gobierno ha tardado mucho en tomar medidas y
aun si se aplican hoy mismo no será fácil salir de la crisis ¿El panorama es
así de negro para Venezuela?
Las medidas
económicas, aunque sean las correctas, si no se toman a tiempo luego no tienen
el mismo impacto, el retraso las mediatiza y puede anular el efecto deseado. Es
como un cáncer que, a pesar de haber sido diagnosticado, si no se trata a
tiempo ni como es debido, los daños pueden ser irreparables. Y el caos
económico y social que se genera puede provocar una crisis de gobernabilidad
que desemboque en cambios políticos.
Ante la
inacción de las autoridades frente a la profunda crisis que atravesamos, ¿cree
que desde el gobierno se apuesta por el caos? ¿A alguien le conviene un
estallido social?
El gobierno no
entiende la naturaleza de la crisis, hasta confunde inflación con especulación
y por eso ataca el alza de los precios como si se tratara de un delito, a
través de operativos, multas y cárcel. No logra reconocer el impacto de las
distorsiones macroeconómicas, inseguridad jurídica y conflictividad laboral en
la caída de la inversión productiva y la grave escasez que azota a la
población. No comprende que el financiamiento del déficit fiscal con emisiones
de dinero sin respaldo atiza la inflación. La oposición juega a la inacción
para que se siga deteriorando la situación y capitalizar electoralmente el
descontento social. Ya cobró jugosos dividendos en las elecciones del 6-D y
ahora espera amasar más ganancias en las elecciones de gobernadores. Pero
apostar a una
batalla final es provocar un conflicto social que puede terminar en una grave
crisis de gobernabilidad. Lo que está en juego
no es la estabilidad de un gobierno sino la viabilidad de una Nación.
¿Por qué cree
que no se han tomado las medidas económicas? ¿Qué consecuencias tiene la
demora?
El gobierno está
preso de creencias limitantes. Le atribuye a las medidas económicas un impacto
antipopular con el consiguiente costo político. Más no termina de entender que
lo antipopular es prolongar una serie de rígidos controles e ineficientes subsidios
que no benefician para nada al pueblo que dice defender y, por el contrario,
son aprovechados por las mafias de especuladores y corruptos que han amasado
escandalosas fortunas aprovechando los incentivos perversos que ofrecen las
desviaciones y errores de la política económica.
¿Considera
necesaria la unificación cambiaria?
La unificación
cambiaria es lo único que puede salvar al gobierno de su naufragio fiscal. No
nos llamemos a engaños, las cifras sobre el cumplimiento de las metas de
recaudación están abultadas por la inflación. En 2015 la contracción del PIB
será mayor de 8 % y muchas empresas cerrarán con pérdidas y no pagarán
impuestos. La voraz inflación ha llevado a un proceso de des-informalización de
la economía y un creciente número de operaciones de compra-venta se hacen sin
factura para evitar el pago del IVA. Para tapar el hueco fiscal la única opción
que le está quedando al gobierno es vender los dólares más caros.
¿De cuánto
debería ser paridad? ¿Por qué?
La tasa de cambio
es una relación entre dos monedas, en este caso entre bolívares y dólares. El
gobierno va a devaluar al ojo por ciento, pero un criterio técnico para
aproximarse a la nueva paridad pudiera ser la tasa de cambio implícita que
resulta de dividir la liquidez monetaria entre las reservas internacionales.
Con una diferencia superior a 150 veces entre el dólar oficial y el paralelo,
una tasa de cambio baja seguirá siendo una tentación para los cazadores de
rentas que siempre encuentran la manera de capturar los dólares baratos para
después venderlos caros. Unificar en torno a la tasa Simadi, aunque apenas sea
un 20 % del paralelo, generaría suficientes bolívares para que Pdvsa pueda
pagar nómina y deudas.
¿Cuánto le
cuesta a Pdvsa producir un barril de petróleo?
No hay datos actualizados
pero según el último informe de Pdvsa del año 2014, el costo de extracción
promedio está en 18 $/b. Con precios del petróleo a 25 $/b y una Pdvsa obligada
a vender su menguado ingreso en divisas a 6,30 o 13,50 se está matando la
gallina de los huevos de oro. A la tasa de 6,30, por cada barril de petróleo de
159 litros que venda a 25 dólares, Pdvsa apenas obtiene 157,5 bolívares, menos
de 1 bolívar por litro de petróleo. Y cuando vende los petrodólares a 13,50
bolívares, entonces obtiene 337,5 bolívares, 2,12 bolívares por litro de
petróleo. A las tasas de Cencoex o Sicad, los bolívares que obtiene Pdvsa no le
alcanzan para pagar una nómina de más de 140 mil trabajadores, honrar sus
deudas con proveedores y contratistas, transferir aportes a los programas
sociales y mantener al día las obligaciones con el fisco. Por eso se endeuda
con el BCV que es obligado a realizar desmesuradas emisiones de dinero sin
respaldo para financiar el déficit fiscal, cuestión que se ha convertido en el
principal factor propagador de la inflación.
Se vence una
cuota de la deuda y hay quienes plantean refinanciar la deuda, incluso hay
quien dice que no se debe pagar. ¿Usted qué opina?
Venezuela debe pagar pero antes hay que
sacar unas cuentas para ver si realmente puede pagar, sin
sacrificar el objetivo prioritario de reactivar la producción para superar los
problemas de escasez que tanto malestar genera en la población. Según datos de
la Opep, Pdvsa extrajo 2.900.000 bdp en 2015. Para calcular el ingreso neto en
divisas hay que restar el consumo interno de 750.000 bdp. Si se dejara de
enviar petróleo a Cuba, Alba y PetroCaribe y se redujeran los envíos a China a
300 mil bdp, quedan 1.850.000 bdp para exportar. Si al menos se logra el precio
de 40 $/b estimado en el Presupuesto 2016, el ingresó será de $ 27 mil 10
millones. Las cuentas no cuadran si se tiene en cuenta que las importaciones
esenciales para evitar una contracción mayor del PIB no bajan de $ 25 mil
millones, mientras que los vencimientos de capital e intereses de deuda externa
en 2016 superan los $ 10 mil millones. El gobierno debe sentarse con sus
acreedores y ratificarles su voluntad de pago a través de una reprogramación de
los próximos vencimientos, los cuales se irían ajustando a medida que se
recuperen los precios del petróleo.
¿Tendremos que
acudir al FMI?
Ojo, lo que acabo de decir no quiere decir que el país
inevitablemente se encamine hacia un default y tenga que morir en el FMI. El
gobierno aún tiene margen para compensar la
caída de la renta petrolera si adecua los convenios de cooperación energética,
reduce el gasto militar, recompra la deuda externa venezolana que se remata a
menos del 50% de su valor facial y reprograma el pago del componente importado
de los proyectos de infraestructura contratados a Brasil, China, Irán, etc. Si
aun así no le alcanza la cobija, entonces tiene que sentarse con sus acreedores
y ratificar su voluntad de honrar la deuda, pero planteando la necesidad de
reprogramar los próximos vencimientos de capital e intereses. Esto conviene a
ambos ya que así se evita una cesación de pagos que pulverice la cotización de
los bonos venezolanos, los cuales seguramente serán comprados por los fondos buitres que ya
están sobrevolando Venezuela. Si no quiere
terminar en el FMI, esta opción debe ir acompañada de un Programa Básico de
Estabilización Económica, así como la designación de un equipo negociador
experto y de alto nivel que genere confianza en los acreedores para
flexibilizar las condiciones de pago hasta que mejore el mercado petrolero.
Se dice que el
español Alberto Serrano Mancilla asesora a Maduro en materia económica, ¿qué
opina al respecto? ¿Considera acertado el diagnóstico que hace sobre la
economía el Presidente?
El país necesita
verdaderos expertos que entiendan la naturaleza del problema, profesionales
capacitados y sensatos que no tengan su pensamiento hipotecado con ideas
mohosas y fermentadas, sacadas de polvorientos panfletos de economía. Necesita
un equipo económico con visión compartida, con una sólida unidad de criterios
que asegure coherencia en la acción para que todos empujen la carreta en la
misma dirección.
¿Se debe
eliminar el control de cambio?
El control de
cambios se aplicó por razones económicas pero degeneró en un instrumento de
dominación política. Después de 13 años, es irrefutable que no dio los
resultados esperados. Aumentó la fuga de divisas debido a los incentivos
perversos a la sobrefacturación de importaciones, la subfacturación de
exportaciones, las empresas de maletín que defraudaron a la Nación, y hasta los
raspacupos fueron tentados por los siniestros estímulos de comprar dólares
baratos para después venderlos caros. El control tampoco pudo defender las
reservas internacionales y hoy no hay ahorros suficientes para cubrir las
importaciones esenciales y honrar la deuda externa. Por su fuera poco, el
control de cambios no sirvió para proteger el poder de compra de la moneda y el
otrora bolívar fuerte que fue acuñado con tanta rimbombancia hoy está
pulverizado. Si quieres resultados diferentes hay que hacer las cosas de manera
diferente. Ante tan desastrosos resultados, hay que preparar las condiciones
para unificar primero el régimen de cambios múltiples y posteriormente ir a la
liberación cambiaria.
El FMI ha
pronosticado una inflación de más de 700% para el año 2016 en el país, ¿es esto
posible?
Según los datos
atrasados que acaba de publicar el BCV, la inflación anualizada hasta
septiembre en alimentos llegó a 254 %. Los
casos de hiperinflación estudiados en el mundo tienen tres características
semejantes: 1) un recurrente y creciente déficit fiscal, 2) su financiamiento a
través de emisiones de dinero sin respaldo, 3) poco ahorro en moneda nacional
debido a su acelerada pérdida de valor. En Venezuela están dadas las
condiciones para un proceso hiperinflacionario. En los últimos ocho años, el
déficit fiscal supera el 10 % del PIB, y en 2016 lo más probable es que rebase
el 20 %. El financiamiento de este creciente déficit se hace a través de
emisiones de dinero sin respaldo por parte del BCV, lo cual causa inflación. Y
con tasas de interés que no compensan lo que quita la inflación, en lugar de
ahorrar las personas prefieren adquirir bienes o comprar dólares en el mercado
paralelo.
¿Se hizo más
rentista la economía venezolana en años de la “revolución bolivariana”?
El genoma de una economía rentista es
portador de potenciales patologías que el gobierno bolivariano no fue capaz de
prever y evitar. Al igual que los gobiernos de la IV República, también cayó en
las tentaciones del rentismo y terminó hundido en la maldición de la
abundancia. Tanto el capitalismo rentístico como el neorrentismo socialista se
han sustentado en el extraordinario poder político, económico y social que
confiere el control de la renta petrolera. El neorrentismo socialista es un
modelo de dominación que se basa en el uso de la renta para financiar la
inversión social y crear una red clientelar que le sirve de apoyo. Debido a la contracción del
aparato productivo y su incapacidad para generar nuevos empleos, el
neorrentismo socialista exacerbó el papel empleador-clientelar del Estado
burocrático que funcionariza y somete a la fuerza de trabajo. Así, la dominación se logra a través
de un sistema de premios y castigos para asegurar la lealtad de los seguidores
políticos, comprar la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a
los adversarios.
¿Cómo
describiría la situación actual del aparato productivo del país? ¿Es
recuperable?
El aparato productivo fue barrido por el deslave de
importaciones que se hicieron con un dólar barato. La inyección de petrodólares
a la circulación nacional originó una demanda que no pudo ser abastecida por el
precario aparato productivo local. Y entre producir e importar, el gobierno
apeló al expediente fácil de importar lo que con esfuerzo y constancia tenía
que producirse nacionalmente. Con el colapso de los precios del petróleo la
fantasía de bienestar hizo crisis. Al no contar con un sólido aparato
productivo, es imposible cubrir con producción nacional lo que ya no se puede
importar. Y su recuperación no la puede acometer un gobierno que sufre severas
restricciones presupuestarias. Tampoco la inversión privada fluirá en un
ambiente de inseguridad jurídica y conflictividad laboral.
¿Quiénes son
los culpables de la quiebra? ¿Cuál es la cuota de responsabilidad del fallecido
presidente Hugo Chávez en el actual caos?
En el año 2010 el
presidente Chávez celebró la contracción de
5,8 % del PBI como “el velorio del capitalismo". En respuesta a quienes
consideraron aquella caída como el "fracaso del gobierno”, Chávez
respondió afirmando que “la economía que está cayendo en Venezuela es la
economía capitalista". Pero destruir la economía capitalista sin
construir simultáneamente una eficiente economía socialista terminó siendo el
atajo perfecto para hundir al país en este círculo vicioso de escasez,
acaparamiento, especulación e inflación que atormenta a toda la población. Una
Revolución verdadera es un proceso de destrucción creativa: destruye lo viejo e
inferior y lo suplanta por lo nuevo y superior. Pero la gente que hoy sufre los
estragos de la escasez, especulación e inflación ha llegado a la conclusión de
que “si esta calamidad es el socialismo, mejor me quedo con el capitalismo”. Pasará mucho tiempo para que la gente sencilla del pueblo vuelva
a creer en el socialismo como vía para lograr una sociedad libre de desempleo,
pobreza y exclusión social. Esto ya pasó en los países del llamado socialismo del
siglo XX, pero la vanguardia chavista no aprendió esa lección.
Chávez gobernó a través de medios que acentuaron el
rentismo. Creer que los precios del petróleo siempre seguirían subiendo llevó a
crear el FONDEN para gastar todo el ingreso petrolero, en lugar de ahorrar
parte de la renta en el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), tal como
lo ordena el artículo 321 de la CRBV. Noruega,
un país que hace 50 años era una de las economías más pobres de Europa, pasó a
ser la más igualitaria del mundo. En lugar de crear fondos para gastar las reservas
excedentarias o todo el ingreso petrolero por encima de precio presupuestado
del barril de petróleo, Noruega creó fondos para ahorrar dinero y encarar los
malos tiempos. Construyó un gran acuerdo
nacional y estableció una regla que limita a 4% -el equivalente al rendimiento
esperado del Fondo- el dinero que el gobierno puede retirar para completar su
presupuesto, el cual se nutre fundamentalmente del ingreso fiscal no petrolero.
¿Cómo evalúa
su paso por la CVG? ¿Cuáles fueron sus fallos y aciertos? ¿Por qué se
separó de su cargo?
Fui ministro
entre los años 2005 y 2006 y los resultados de mi gestión cualquiera los puede
evaluar a través de los estados financieros auditados de las empresas básicas.
Con la excepción de Alcasa, todas generaron ganancias. En ese par de año impulsamos
la planta de purificación de mineral de hierro para alimentar la nueva
siderúrgica de aceros especiales e inoxidables. También iniciamos los proyectos
de la planta de tubos sin costura para la industria petrolera y petroquímica,
la fábrica de rieles para el plan ferroviario y de estructuras metálicas para
la Misión Vivienda, la laminadora de aluminio para dejar de exportar bobinas y
lingotes sin valor agregado, la desmotadora de algodón para la industria
textil-confección, la procesadora de madera para aprovechar las plantaciones de
pino. Fueron aprobados los proyectos para concentrar territorialmente las
misiones sociales en las Ciudades del Acero, del Aluminio y del Diamante, como
pequeñas ciudades que crecerían en torno a esa nueva generación de industrias
básicas. Lamentablemente,
estos proyectos fueron paralizados y abortados. Las empresas básicas hoy están
secuestradas y quebradas por el burocratismo, el pseudosindicalismo y la
corrupción que sabotearon los ensayos de control obrero. Su decadencia se
acelera debido a la crisis eléctrica que las somete a un severo racionamiento,
afectando considerablemente sus niveles de producción. Para rematar, los
frecuentes cambios en los equipos directivos sometieron a las empresas a la
pésima conducción de personas sin ninguna formación técnica ni gerencial.
A raíz de un problema de salud que se fue complicando
y me mantuvo un año en rehabilitación, solicité se me retirara del cargo y juré
que más nunca volvería a sufrir la pesadilla de las intrigas palaciegas que
soportan los ministros y altos cargos.
Fuente: Semanario La Razón
Esto es definitivamente un #DesafioDeTodos
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