Hay un fenómeno de consumismo
desbordado en nuestro país y eso no ayuda para nada a la construcción de la
patria socialista que propugnamos todos los que acompañamos a la Revolución
Bolivariana y chavista en Venezuela.
El consumo es necesario para mantener aceitada la economía y
el “vivir bien” de nuestro país.
Si hay consumo, las fabricas
pueden producir y dar trabajo bien remunerado, ese ingreso sirve para que el
trabajador financie su “vivir bien”
(consumiendo). Hasta allí todo va bien.
El gobierno bolivariano dió en el
clavo con el programa
Mi Casa Bien equipada, e intentó la perfección al incorporar el sistema
biométrico (captahuella) a la red pública de automercados donde se distribuyen
los productos.
Nos permitimos comentar lo siguiente:
El espíritu de este beneficio es
que TODOS los venezolanos y
extranjeros legalmente establecidos en nuestro país tengamos el derecho a
acceder a ese beneficio en igualdad de condiciones.
El gobierno ya creo el beneficio
y efectivamente se cumple, pero la
práctica nos ha demostrado que, en el camino se han creado ciertos vicios
(graves) que alimentan a malhechores delincuentes que roban a la nación y
perjudican al colectivo.
Esto último se elimina con
simples controles automatizados, sencillos pero contundentemente eficaces.
Proponemos hacer una prueba piloto con la línea marrón.
El estado puede ofrecer los
productos en dos versiones: Precio Subsidiado y Precio
Justo de Venta.
Subsidiado: cada venezolano y extranjero legalmente establecido en
el país tiene derecho, (mediante el uso del sistema biométrico) a la compra a
precio subsidiado de un producto por tipo, cada tantos años.
El uso del captahuella permite
verificar en la base de datos que el comprador no haya hecho uso del beneficio
anteriormente.
Precio Justo de Venta: Cada venezolano y extranjero legalmente
establecido en el país tiene derecho, (mediante el uso del sistema biométrico,
o NO) a la compra a Precio Justo de Venta de los productos que desee sin ningún
tipo de restricción.
El comprador va a pagar el Precio
Justo de Venta (PJV), lo mismo que pagaría en cualquier otro negocio de línea
marrón donde se venda un producto con las mismas características.
La nación va a recibir (¡Por fin!)
ingreso, ese dinero bien puede nutrir el Fondo
de Eficiencia Socialista.
¡Camaradas!, no limitemos el
consumo a Precio Justo de Venta. A
ese precio solo comprarán compatriotas (propios y extraños) que tengan la
capacidad financiera para honrar el pago a precio sin subsidio. Todos ganamos,
gana el país.
-Ganan todos los involucrados en la cadena de producción y
distribución (sin especular a nadie).
-Gana el Fondo de Eficiencia Socialista
recibe recursos para financiar este mismo beneficio o bien otra misión
socialista.
-Demostramos con hechos que en
Venezuela puede haber una fábrica Socialista de línea marrón que sea
sustentable.
-Se elimina (o por lo menos se
complica) la intermediación fraudulenta de esos productos en detrimento del
bolsillo del comprador final y de los recursos de la nación.
-Se le da un golpe mortal a las
colas que genera tanto rechazo.
-Se incorpora
al sector privado a esta iniciativa lo cual redundaría en la masificación en la distribución
y venta de los productos, ofrecería nuevos puestos de trabajo, en fin “Vivir
Bien”.
Sugerimos tomar en consideración esta
humilde propuesta para lograr resultado eficiente, honesto y horizontal.
Propuestas propositivas en tiempos de revolución.
Fernando Luis Vegas
@fvegas15