Pensamiento

"Piedras nos encontraremos siempre, con sabiduría sabremos quitarlas sin apartarnos del camino".
FLVV

domingo, 28 de agosto de 2016

¿DÓNDE ESTÁ EL SOCIALISMO HOY?

Por: Fernando Vegas Torrealba

¿Qué le ha ocurrido al socialismo? Nos referimos al socialismo que ha existido y aun lo hace luego de llegar al poder mediante revoluciones o elecciones populares y que es individual y socialmente percibido a través de lo que revelan los medios de comunicación, además de las interpretaciones y posiciones aparecidas en libros y artículos de opinión.

¿Resultó ser lo que Marx y Engels predijeron? ¿Fue lo que Vladimir Lenin trató de instalar  y parcial y temporalmente logró? Tal vez, el fenómeno social realmente se corresponde al que construyó Stalin o a cómo lo hicieron o hacen ahora los Chinos, o los Cubanos o responde a la experiencia de estados Africanos. La lista es larga si sazonamos el asunto con el pensamiento de anarquistas, utópicos, estructuralistas, social demócratas, etc.

Reflexionar sobre el tema con relación a Venezuela tiene sentido porque, en principio, poca gente duda de la orientación socialista del proceso de cambio social que acaece en nuestro país bajo la guía de un partido socialista y el liderazgo de izquierda que emergió de un movimiento militar, histórico y radical que bajo la inspiración de su máximo líder, el Comandante Hugo Chávez, en poco tiempo se vinculó al Antiimperialismo y al Socialismo.

Hay dos momentos claramente apreciables de la Revolución Bolivariana que en poco tiempo tornó en Revolución Socialista. El primero corresponde a la era de Hugo Chávez como líder originario e indiscutido del movimiento, Presidente de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada. La jefatura de Chávez tenía raigambre popular, fuerza telúrica, genuina narrativa épica y si también sumamos las condiciones de personalidad que acompañaban a su figura como la chispa de su inteligencia, el verbo fácil con voz estentórea, la espontaneidad en el trato, la frugalidad de hábitos, la universalidad de sus opiniones dada la variedad de sus lecturas, entre otras, se crearon unos lazos muy fuertes en su relación con las clases más pobres del país y, al comienzo de su gobierno, también con amplios sectores de la clase media y estamentos profesionales. Más aun, sus defectos (que ciertamente los tenía) probablemente también ayudaron en la forja de esa energía que amalgamaba el espíritu popular con el del su líder. Por ejemplo, cuando en actitud mercurial regañaba en público a un ministro por lo que era una falla grave en lugar de cambiarlo, mientras los asistentes al “Aló, Presidente”, coreaban “así, así, así es que se gobierna”. 

El segundo momento se presenta después de los poco menos de tres meses de la agonía y muerte del Presidente Chávez, período en el que se instaló una peligrosa inamovilidad del gobierno derivada de una mistificación casi sagrada del líder que se estaba despidiendo de la vida sin soltar el timón porque la terminal enfermedad le impedía gobernar. La dirigencia que quedó a cargo del Gobierno encabezado por el Vicepresidente y sucesor designado no obró con diligencia y mando, y ello casi nos cuesta la pérdida de las elecciones de abril del 2013.

El 5 de marzo de 2013, fallece el Comandante Hugo Chávez y, luego de días de prolongadas exequias, se celebran las elecciones presidenciales el 14 de abril de 2013 y las gana Nicolás Maduro por un estrecho margen del 1,6%. Esta pequeña diferencia se expandió a un claro 10% en las elecciones de alcaldes que se llevó a cabo a fines de ese mismo año.

De manera que las dificultades de la revolución en nuestro país no surgen de carencias subjetivas porque existe el liderazgo personal y la acción de un partido, lo que no quiere decir que no se haya accionado con errores en la aplicación de políticas de estado a lo interno y, lo que es peor, que se haya persistido en ello.

Por otra parte, en el ámbito de la parte objetiva del proceso encontramos pocos avances en el campo de la producción y la productividad económica, aunque en el área social -gracias a la renta petrolera- si fuimos capaces de expandir el gasto social para atender largamente acumulados problemas de salud, educación, acceso a servicios públicos básicos, vivienda y trabajo, entre otros.

¿Por qué después de tener una saludable y sostenida renta petrolera por más de 15 años –aun mediando las explicaciones del golpe de estado, paro petrolero, conspiración nacional e internacional, interferencias económicas- no hemos podido mejorar nuestra producción agropecuaria con la suficiencia necesaria para atender los requerimientos de consumo de nuestra gente? ¿Por qué aun insistimos en utilizar la renta petrolera para importar bienes de consumo que deberíamos estar produciendo? Nos cuesta muchísimo trabajo desprendernos del esquema rentista y como no pareciera que en los próximos meses habrá un repunte importante en los precios del barril de petróleo, ya proyectamos la explotación de otros recursos mineros (oro, coltán, diamantes) con los mismos fines.

Se perdieron más de 15 años con recursos extraordinarios que casi exclusivamente se dedicaron al gasto social, un destino necesario pero no único. No se sustituyeron importaciones y los pocos ensayos manufactureros se abandonaron porque era más fácil y conveniente importar, cuando no fue que se los devoró la burocracia, el desorden, los malos hábitos y la corrupción.

Estamos conscientes de que nuestra revolución era considerada un mal ejemplo para el hemisferio occidental de manera que siempre fuimos el blanco de ataques desde varios flancos y con los equipos más sofisticados de la guerra de baja intensidad, pero ciertamente aquí no yace toda la explicación de nuestros errores y fracasos.

El Comandante Chávez nos hablaba de Socialismo del Siglo XXI, queriendo decir con esto –pensamos nosotros- que era necesario recrearlo y no repetir el socialismo aplicado en otros países.

Sin embargo, apreciamos que el Socialismo que se quiso implementar en la Revolución Bolivariana se asemeja mucho al que practicó la URSS, también al que existe en  Cuba y del cual, por cierto, empiezan a desligarse con movimientos lentos pero claramente perceptibles.

¿Por qué en Venezuela la dirigencia del PSUV optó por el Socialismo Real y no uno moderno y adaptado a nuestros tiempos?

Francamente, no lo entendemos. ¿Cómo es que líderes que suponemos marxistas porque abrazan la forma más ortodoxa del socialismo, desconocen las leyes de la dialéctica como método filosófico que al dirigirlo a la sociedad se conoce como Materialismo Histórico?

La primera ley del Método Dialéctico es la de “El Cambio Dialéctico”, queriendo decir con ello que todo cambia, nada permanece igual, nada es definitivo o absoluto. Ya desde la antigüedad clásica, Heráclito lanzó su célebre frase “nadie se baña dos veces en el mismo río”. El proceso de cambio es una inmanencia de las cosas, mientras que no lo son aquellos cambios forzados por una fuerza externa en cuyo caso el cambio es mecánico. (1) 

El propósito del ensayo que originalmente escribimos en cuatro entregas para Telesur en Inglés y Znet, es la redefinición del socialismo, asicomo la caracterización de la realidad venezolana, sus dificultades y posibilidades de avance, la clarificación de objetivos tácticos y estratégicos, todo ello dentro de un ambiente que a la par de permitir la revisión del socialismo nos acerque a un proyecto que resuelva los problemas del individuo en sociedad, pero que no sólo responda a la suma de individualidades en la sociedad sino también a la integridad social, a todo el cuerpo social, a la colectividad. En fin, que inventemos un nuevo socialismo. 


 (II)


Antes de  continuar con el propósito teórico y práctico de este ensayo, debemos establecer varios conceptos de economía política y filosofía política, asicomo una breve relación del desarrollo histórico de la sociedad.

Comencemos por recordar dos conceptos económicos clásicos:

El crecimiento económico se manifiesta por el aumento de la producción de bienes y servicios en un espacio (territorio) determinado (de un estado) y se evidencia a través de los índices de crecimiento económico que  son el Producto Interno Bruto (PIB) y el Ingreso Per Cápita (IPC). A este último se llega dividiendo al primero entre el número de la población.

El desarrollo se mide de manera distinta, pues está directamente relacionado con el acceso de la población a los bienes y servicios. De manera que el grado de desarrollo depende de cuántos integrantes de la población en un determinado territorio reciben una cuota constante y suficiente de energía, agua potable, alimentación, salud, educación, vivienda cultura y recreación.

Hay otras maneras de enriquecer los conceptos de crecimiento y desarrollo. Verbigracia, la renta territorial y el beneficio de los medios manufactureros, además de la concentración y distribución de ambos. Algunos, como la posibilidad de acumular capital, la relación entre población y número de fábricas, las capacidades tecnológicas (el número de patentes de invención registradas), la generación de energía, etc. son indicativas de la ruta del crecimiento económico, asicomo el sistema impositivo y la acción directa del estado se relacionan con las distribución del beneficio dentro de la sociedad. No obstante, para el objeto de este trabajo que explicaremos más adelante, es suficiente con tomar las ideas de Crecimiento y Desarrollo que aunque distintas están relacionadas entre sí.
Entendemos que el Crecimiento debe ocurrir antes que el Desarrollo. Primero se produce y luego se divide y reparte. No hay manera de desarrollarse sin aumentar la producción de bienes y servicios. Tal vez es más claro decir que se debe producir para dividir y compartir.

Esta es la razón por la cual estos dos conceptos, aunque diferentes, tienen una relación directa de precedencia.

El Crecimiento también es generador de fuentes de trabajo. De manera que podemos agregar que una sociedad en saludable crecimiento es aquella donde se produce con suficiencia y la tasa de desempleo es pequeña. Por otra parte, una sociedad desarrollada es aquella en la que producen suficiente bienes, hay pleno empleo y el Estado y las leyes distribuyen socialmente el beneficio de los medios de producción. Naturalmente, hay grados de desarrollo pero lo que deseamos destacar es que el término Desarrollo incluye al de Crecimiento. Hay una relación de continente a contenido.

Otro concepto que debemos tener en cuenta es el de la Empresa. Hasta donde sabemos la empresa es una unidad en la que el factor Capital se encuentra con el factor Trabajo para producir bienes bajo la guía de un empresario. No hay manera de ver esto de manera distinta porque al final tendremos lo mismo sin importar cómo lo llamamos: corporaciones, unidades de producción colectivas, cooperativas, etc. Tampoco importa cómo se denomina la persona o el equipo de personas que unen al Capital y al Trabajo  en función de la producción de bienes. Para producir bienes y servicios se requiere de alguien que ponga a funcionar unidos a Capital y Trabajo, sin importar su denominación: dueño, empresario, gerente, coordinador, o delegado de los trabajadores.

Explicamos lo que parece ser algo obvio porque hay una tendencia entre la gente de izquierda y progresista de demonizar la empresa debido a lo que se cree es su identificación con las grandes corporaciones que –como es en el sistema capitalista-  han abusado del beneficio obtenido del valor que el trabajo añade a la producción de bienes. El resultado de esta creencia es una permanente búsqueda de un nombre distinto al de la “empresa” para designar la unidad en la que el Capital y el Trabajo transforman materia prima en bienes de uso o de consumo. Por supuesto, no existe ese otro nombre. Lo que si puede suceder es que  la propiedad de la empresa cambie de privada a pública o mixta. También se puede cambiar la naturaleza de la gerencia, por ejemplo, de tecnócratas a delegados electos por los trabajadores o una mezcla de ambos, etc. Pero, la empresa es única y se mantiene como unidad de producción.

Por otra parte, conviene al propósito de este trabajo compartir con el lector conceptos derivados de la filosofía y también hechos trascendentes de la historia.

Comencemos por hablar de la riqueza interior del ser humano que contiene emociones,  pasiones, sentimientos, tendencias, preferencias, sentido común en la comprensión filosófica que a esto último le asigna Antonio Gramsci, la filosofía de la praxis que califica como “inmanentismo absoluto.”(2) Naturalmente, todo influido por la herencia, la genética y el proceso de socialización. No obstante, a los fines del trabajo que nos ocupa nos referiremos particularmente   al gregarismo y al individualismo.

Describamos esas dos inmanencias del ser humano. Se trata de dos tendencias que son innatas del Ser. La tendencia al individualismo y la tendencia al gregarismo. Cada una de ellas con sus virtudes y sus desviaciones. La virtud del individualismo es la creatividad y su desviación el egoísmo. En el caso del gregarismo, la virtud es la solidaridad y la desviación es el colectivismo ciego y la mansedumbre acrítica. El predominio de una sobre la otra depende de la organización social y se alcanza a través del proceso de socialización que comienza dentro de la familia, continúa en la escuela y se completa cuando la persona actúa por sí misma para desarrollar una manera de vivir en su actual estructura social.
Hay claros ejemplos sobre esta dicotomía ontológica entre el ser egoísta y el ser solidario. Así, un hijo único tiene la tendencia a no compartir sus juguetes con otros niños porque siempre a jugado solo, mientras que el que tiene hermanos cercanos a su edad, por lo general,  se acostumbra a jugar en colectivo. En ambos casos hay correctivos que se dan en la etapa de la asistencia a la escuela. Allí el individualista puede aprender a jugar con los demás y para ello comparte la pelota, por otra parte, el del instinto gregario puede cambiar su tendencia hacia el individualismo si es atacado o rechazado por el grupo. En todo caso, estas atribuciones ontológicas no son inamovibles, pero de acuerdo a la organización social pueden marcar el predominio de una u otra en la sociedad.

Por ejemplo, en la sociedad tribal paleolítica, cuando el ser humano bajó de los árboles para vivir en cavernas, recogía frutos y cazaba animales para alimentarse, el gregarismo y la solidaridad eran las características principales de la conducta social, pero en la sociedad tribal neolítica ya finalizada la edad de piedra, el ser humano individualmente descubre mejores manera de hacer armas para la caza. El invento del arco y la flecha son indicados por Federico Engels (El origen de la familia, la propiedad y el estado, 1884) y también por Lewis Morgan (La sociedad antigua, 1877), como actos trascendentes de la creatividad individual. El ser humano aprendió a domesticar animales, levantar y cuidar rebaños, sembrar y recoger cosechas, trabajó la alfarería. Es por estas circunstancias que las personas que ejercían estas actividades comenzaron a poseer un patrimonio y la defensa de ese patrimonio se fundamentaba en la parte individualista del ser.

La Historia nos muestra y explica cómo es que el individuo más fuerte era rico, tenía liderazgo y capacidad para manipular creencias sagradas lo que lo conducía a reinar sobre los demás usando la palabra y, cuando no, el azote y la espada. Poseía un mandato único de los dioses que con una superestructura de leyes también divinas construía y mantenía un inicuo sistema esclavista.

El máximo desarrollo de la sociedad esclavista y centralizada lo encontramos en la Monarquía, la República y el Imperio Romano. Luego de la decadencia y el colapso del Imperio Romano emergieron los pequeños reinos de los señores feudales que ataban el trabajo de la tierra de los labriegos a la condición de siervos de la gleba. Trabajaban para el dueño del castillo y el territorio a cambio de protección. En realidad eran cuasi esclavos.

El señor feudal más fuerte porque tenían más riquezas y con ello un ejército más grande y mejor armado, fue doblegando y reduciendo a los Señores Feudales, a la vez que unificaba los espacios para convertirlos en un único territorio donde mandaba de manera absoluta y sin condiciones porque era el ungido de Dios. El primer gran Rey absolutista fue Carlomagno que reinó entre el Siglo VIII y IX, dominó a casi toda Europa e hizo una alianza con el Papado para crear el Sacro Imperio Germánico Romano.

Fue una era de obediencia absoluta ya de los siervos de la gleba ya de los súbditos del Rey, en consecuencia había poco lugar para el desarrollo de una personalidad individualista que no fuese aquella destinada a la supervivencia propia.

Entonces sucedió lo extraordinario porque esa tendencia  individualista sembrada durante siglos en mucha gente pero realmente practicada sólo por aquellos vinculados al ejercicio del poder absoluto emergió con vocación de cambio social y político. Los burgueses (nombre para adjetivar a quienes vivían en los Burgos) dueños de talleres y pequeñas factorías, con sus bolsillos llenos de oro y dinero decidieron dejar de ser súbditos e hicieron alianza con la gente común (pueblo llano) para eliminar el reinado y establecer la República teniendo por base el Manifiesto de los Derechos Humanos para Todos. Fue entonces que emergió la Revolución Francesa creando una conmoción social que cambió la Historia.

Naturalmente, todos sabemos que el pueblo llano estaba representado por los Jacobinos en la Asamblea Nacional Francesa de 1789 y en la Asamblea Nacional Constituyente que se eligió el mismo año, y que los Jacobinos gozaron de mucha influencia en los comienzos de la Revolución dada su activa presencia en el Directorio. No obstante, también conocemos que las condiciones objetivas no favorecían la implantación de un gobierno centralizado y de acción social, en cambio si ayudaban a la clase burguesa que eran los dueños de los medios de producción.

El 9 de Termidor (27 de julio) de 1794, Saint Just y Robespierre fueron guillotinados y en los días subsiguientes 80 jacobinos más, lo que significó que la derecha (La Montaña) tomase control del Directorio y la Revolución. Sin embargo, para el año 1795 el pueblo (los Sans-Coulottes) continuaba en la calle presionando por sus derechos, además estaba en progreso una seria amenaza restauradora de la corona. Ello llevó a la derecha a buscar a un “salvador” en este caso a un general prestigioso para que tomase acción. Este general fue Napoleón Bonaparte quien  el 18 de Brumario (18 de noviembre) de 1799 ejecutó un golpe de estado. Para dirigir el gobierno fue creado un Consulado de tres miembros (Sieyes, Ducos y Napoleón). Luego Napoleón modificó la Constitución y se hizo Cónsul Vitalicio de la República Francesa y más tarde se coronó Emperador de Francia.

El resultado de la conmoción social y política que ocurrió en Francia entre 1789 y 1799 fue el establecimiento de un Estado Liberal Burgués con forma de República tras un esfuerzo colectivo para abolir la vieja sociedad y “abatir tradiciones, renovar costumbres y usos, vaciando al espíritu humano del respeto y la ideología de la obediencia” (Alexis Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución, 1856).

El establecimiento de los derechos humanos civiles y políticos después de siglos fue un avance enorme para la humanidad. Hoy en día, en muchos países –como Venezuela- están potenciados y ampliados con los derechos sociales y ambientales.

La diversificación del ejercicio del poder a través de la llamada División de Poderes es otra herencia de la Revolución Francesa que nació del pensamiento de John Locke, Charles Montesquieu y Benjamin Constant.  La concepción del control entre los poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) para evitar que uno de ellos (presumiblemente el Ejecutivo) creciese para dominar la sociedad como lo hacía el rey absolutista, está presente en Repúblicas y Reinados Constitucionales de la actualidad, pero aun y cuando cada poder está investido de su propia esfera de atribuciones y no pueden ser invadidas por otro poder, el celoso control entre poderes ha cedido espacio para dar paso a la aplicación del Principio de Colaboración entre Poderes para la realización de las políticas de Estado.

La Revolución Francesa duró diez años (1789-1799). Los cuatro primeros fueron dominados por el ala izquierda del movimiento (Los Jacobinos), los restantes por el ala derecha de los Girondinos a quienes también llamaban La Montaña porque se ubicaban en la parte alta de la Asamblea. Predominó la alianza de la derecha que después apoyó a Napoleón durante el Consulado y el Imperio. El histórico levantamiento de los propietarios de los medios de producción tomó también el control político y desde entonces El Liberalismo, como modelo filosófico del individualismo mandó sin obstáculos porque tenían la capacidad de hacer las leyes y ordenar la sociedad para servir su propósito. La libertad individual y el bienestar particular eran los temas predominantes. El estado sólo puede hacer lo que la ley permite, mientras que las personas pueden hacer todo aquello que la ley no prohíba. Laisser fair, laisser passer, define la acción del Estado.

La comunicación entre los ciudadanos y los órganos de poder la conducían representantes del pueblo y lo que había comenzado como un fenómeno social y político altamente influenciado por las demandas directas del pueblo derivó en una democracia representativa. Más aun, dada la consciencia que la derecha tenían de la superioridad numérica del incipiente proletariado, las elecciones sólo podían ejercerlas quienes aparecían en un Censo con un patrimonio mínimo. Así, por ejemplo, en la Francia de 1831 solamente votaron doscientos mil ciudadanos en una elección nacional, siendo la población francesa de entonces de 37 millones.

En estricta comparación de conceptos fundamentales, Liberalismo y Democracia son antagónicos. Eso dice Juan Carlos Rey quien fuera profesor de la Universidad Central de de Venezuela (UCV), en el prólogo del libro de Benjamín Constant, Liberalismo y Democracia: i) mientras en el Liberalismo el individuo tiene un derecho natural a la libertad que el estado reconoce y protege, en la Democracia esa libertad está limitada por la ley y en compensación el individuo participa en la formación de la voluntad general que se materializa en las elecciones; ii) El Liberalismo asume la división de poderes como una necesidad para evitar que uno de ellos se convierta en poder absoluto, mientras la Democracia se opone a esa división porque según J.J.Rousseau no hay límites a la soberanía del pueblo y no se trata de que un poder pueda extralimitarse contra el pueblo, ninguno de ellos puede hacerlo; iii) El Liberalismo requiere el sostenimiento de los derechos de las minorías, mientras la Democracia establece que la minoría debe someter su voluntad a la mayoría; iv) El Liberalismo otorga valor supremo al individuo, mientras la Democracia le da un valor limitado al individuo; v) En el Liberalismo predomina la libertad sobre la igualdad, mientras en la Democracia predomina la igualdad sobre la libertad.

Ya cerrando el capitulo debemos hacer una breve relación del tremendo impacto de la Revolución Francesa tuvo durante el corto tiempo en el que la izquierda jacobina mantuvo el control del Directorio para aplicar medidas democráticas de influencia social, algunas de ellas plenas de ideas científicas y de romanticismo revolucionario. Por eso fue la más universal de la Revoluciones.

Los poetas tuvieron su participación cuando crearon los nombres de los meses en el nuevo calendario que aprobó la Asamblea. Vendimiario para el mes de la cosecha de la uva (septiembre/octubre) o Brumario por la niebla que caracteriza el otoño (octubre/noviembre) o Floreal para distinguir la floración de la primavera (abril/mayo). Los científicos modificaron  la duración de la semana que pasó a tener 10 días, la hora 100 minutos y el minuto 100 segundos, todo en aplicación del sistema métrico; los intelectuales cambiaron el calendario de los días según el nombre de los santos. Así, el llamado Santoral quedó sustituido con el nombre de cosas sencillas y deja de lado el nombre de los santos. En aquellos días estos se designaban: el día de la tuerca, del tornillo, de la zanahoria, del caballo, etc.

No obstante fue en política donde más se destacaron los Jacobinos que abrumaron a los enemigos de la Revolución y dictaron medidas para apoyar al pequeño propietario para que avanzase desde sus propias habilidades laborales y formase empresas. Limitó la propiedad privada en el campo, controló precios de venta con la Ley del Máximo General, redujo el poder de los ricos y aristócratas, impuso impuestos a los terratenientes y a las grandes fortunas, redistribuyo riqueza para satisfacer los derechos sociales (Decreto del 8 y el 13 de Ventoso, 1793). Centralizaron el poder para hacer más eficiente el uso de los recursos del país.

Todo ello tuvo una duración de escasos cuatro años pues terminó con el golpe de Termidor, el 27 de julio de 1794. Sólo el Calendario Revolucionario sobrevivió por trece años más.

Finalmente concluimos el capítulo con la precisión de unas ideas que abonan en beneficio del propósito de este ensayo: PRIMERO: la economía es fundamental y domina a cualquier sistema político y social, y el Socialismo no es excepción; no hay manera de sostener el Socialismo aunque se decrete varias veces al día, si no hay suficiente producción de bienes y servicios para todos; SEGUNDO: desde la Revolución Industrial  y más tarde con la Revolución Francesa los talleres de los artesano fueron convirtiéndose en empresas en las que el factor Capital se unía al factor Trabajo para producir bienes, todo ello bajo la coordinación de un tercer elemento que es el empresario y su equipo de dirección; la diferencia central entre Capitalismo y Socialismo yace en la propiedad de la empresa como medio de producción; TERCERO: en el Socialismo debe predominar el gregarismo sobre el individualismo y la solidaridad sobre el egoísmo, sin embargo hay que tomar en cuenta que pasaron siglos  de superioridad de individualismo y de egoísmo, de manera que cuando los cambios propios del Socialismo comienzan a ocurrir a través de medios pacíficos (verbigracia, luego de un proceso electoral) el reto es inducir, provocar, alentar la cultura de la solidaridad y la paz, sobre todo entre la gente joven; CUARTO: Siendo los dos elementos contradictorios que impulsan la acción del Ser el individualismo y la solidaridad por qué no encontrar una síntesis de equilibrio entre ambas inmanencias para que el individualismo sea una poderosa palanca para producir riquezas y la solidaridad el remedio eficaz para distribuir esa riqueza; y en QUINTO lugar: La mejor lección que podemos tomar de la Revolución Francesa es la de potenciar la Democracia que mientras más directa mejor será; el Socialismo sólo es posible moviéndose codo a codo con la Democracia.

(III)

Vamos a adelantar una breve revisión del Socialismo Real, no la que nos proveen artículos y libros sino la que salta a la vista del mundo que nos circunda.

Nuestra primera parada es en la Rusia de las postrimerías de la Primera Guerra Mundial, cuando el Partido Bolchevique y otros, se deshicieron del Zar y la familia real, poco tiempo después derrocaron al gobierno burgués de Kerensky, expulsaron a la nobleza propietaria de la tierra e instalaron un estado popular y socialista.

Hasta entonces no se conocía lo que era un estado socialista. Es cierto, los Jacobinos de la Revolución Francesa aplicaron alguna medidas inspiradas en la justicia social, también existieron intentos del socialismo utópico  en Gran Bretaña y los EEUU, impulsados por Robert Owen, asicomo por Fourier en Francia y los EEUU. Todos de muy corta duración. 

También, existió brevemente el modelo autogestionario de la Comuna de París, en mayo de 1871 que fue liquidado a sangre y fuego. No obstante, fue el Estado Soviético el primero en aparecer y perdurar por ochenta años dándole forma real y concreta al socialismo.

La Revolución de Octubre en la Rusia Zarista y feudal,  implantó el socialismo científico basado en la gigantesca obra de Marx y Engels, El Capital, que examinó a fondo al Capitalismo del Siglo IXX. Fue el Partido Bolchevike dirigido por Lenin quien en 1918 comenzó la aplicación de los principios programáticos del Manifiesto Comunista, redactados por los mismos autores en 1848.

Comenzó a funcionar la primera experiencia de un nuevo orden económico, social y político que cambiaría las relaciones de producción entre las clases sociales y marcharía adelante para desarrollar un Estado Socialista. Se desató un movimiento mundial de admiración hacia el experimento que se desarrollaba en la Rusia revolucionaria que estaba imbuido de un ambiente radical y romántico. Esta expectativa de millones de seres que ponían sus esperanzas en la revolución tuvo una poderosa contraparte en la entente que se forjó entre Gran Bretaña, Francia, Japón y los EEUU, entre otros, quienes entregaron armamento a los llamados Rusos Blancos que eran los desplazados por el poder soviético, para enfrentar violentamente  al naciente estado, incluso los nombrados países llegaron a tener personal de apoyo y combatiente en territorio ruso. Sin embargo, la determinación del pueblo soviético y un Ejército Rojo de cinco millones de hombres derrotaron a la alianza contrarrevolucionaria.

Marx y Engels predijeron que la revolución sucedería en países con capacidad industrial instalada y maduras relaciones de producción, como Gran Bretaña y Alemania, pero no fue así,  sucedió en la subdesarrollada y feudal Rusia donde un partido socialista accedió al poder por vez primera.

De manera que el teatro de operaciones para construir el socialismo resultó bastante diferente. No habían fábricas (o eran muy pocas) para cambiar de propiedad privada a propiedad colectiva y la principal política de estado era industrializar y resolver la propiedad de la tierra. Lenin entendió claramente la naturaleza del problema, de manera que al lado de la democratización del poder a través de los Soviets que procuraba el involucramiento directo del pueblo en la administración y la legislación –inspirado por Lenin- el estado también desplegó la Nueva Política Económica (NEP)(3) que incentivó la creación de industrias e hizo campañas europeas en búsqueda de inversionistas (v.g. Armand Hammer, dueño de la Standard Oil Co. estuvo de visita en Moscú para evaluar su participación), además propuso varias formas de propiedad de la tierra para incentivar la producción agrícola: i) tierras del estado que el campesino trabaja por un salario; ii) tierras propiedad de campesinos que contratan a otros su trabajo; y iii) tierra de propiedad colectiva que entrega una parte de la producción al estado y la otra la vende para obtener el beneficio (Koljos y Sovjos).

Esta política duro varios años. Después de la muerte de Lenín (1924),  la NEP que contaba con importantes apoyos como el del ideólogo Nicolai Bujarín, Alexei Rykov (Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo) y Mijail Tomsky (Jefe de los Sindicatos) comenzó a debilitarse y fue abandonada en 1928 con el ascenso de Stalin al poder, quien luego de derrotar a la izquierda del partido representada por Leon Trosky y aplastar a la tendencia liderada por los prenombrados partidarios de la NEP,  se proclamó el verdadero sucesor de Lenin, señalando al mismo tiempo que debían moverse con fuerza hacia adelante mediante el establecimiento de los planes quinquenales.

En lo adelante la ya denominada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), creció industrialmente aplicando el trabajo obligatorio y colectivo bajo la única administración del estado. La URSS se convirtió en superpotencia y retaguardia de la revolución mundial, con muchos avances tecnológicos y científicos que potenciaron la capacidad de proveer salud, educación, vivienda y otros beneficios sociales para el pueblo soviético. Mas, por otra parte, la colosal burocracia que creció a lo largo de un estado con absoluto control sobre todas las actividades económicas  (hasta el quiosco que vendía flores y periódicos estaba bajo control estatal), la falta de democracia, el abismo que separaba al liderazgo (nomemklatura) de la gente, la incapacidad para conectar al pueblo con el ejercicio del poder porque todos los organismos soviéticos y sindicales fueron acaparados por el Partido y sus élites, las desviaciones de poder y los privilegios de las élites, más los variados ataques sostenidos de sus adversarios de Occidente (la guerra fría) y una errónea decisión que comprometió la economía del Estado (la guerra en Afganistán), terminaron con lo que fue un maravilloso experimento social que capturó por años el interés de millones de hombres y mujeres del planeta.

En segundo lugar, hablemos brevemente sobre China. En 1912, un movimiento popular bajo la guía de Sun Yat Sen y el Kuomitang  instaló la República, con ello se liquidó la milenaria cadena de dinastías de mandarines que reinó en el Imperio. En el Kuomitang coexistían tres tendencias principales: la moderada y pragmática de Sun Yat Sen, la derechista y autoritaria de Chiang Kai Shek y la comunista de Mao Tse Dong. Además, conviene añadir que las fuerzas restauradoras de la dinastía Quing tenían beligerancia. Hubo dos restauraciones, una en enero de 1916 con Yuan Shikay y otra en junio de 1917 con Zhang Xen.  Ambas fueron controladas por el Ejército Chino.

En 1923, el Presidente, Sun Yat Sen, reside en Cantón, ciudad que funcionaba como capital de la República. El problema mayor que confrontaba el gobierno republicano era el control que los Señores Feudales (Señores de la Guerra) ejercían sobre la casi totalidad del territorio del país. Para solventarlo, Sun Yat Sen buscó apoyo en las potencias occidentales pero se lo negaron. Se dirigió a la URSS y obtuvo una respuesta positiva, lo que significó el fortalecimiento del ala comunista del Kuomitang y, probablemente, fue por ello que nombró a Chaing Kai Shek Director de la Academia Militar de Wahmpoa, entendiendo  tal vez que su férrea postura anticomunista daría balance a las cosas.
Sun Yat Sen, fallece el 12 de marzo de 1925 a consecuencias de cáncer en el hígado, lo que desató una guerra civil entre la facción nacionalista de Chaing Kai Shek y la Comunista de Mao Tse Dong. El Ejército que Chiank Kai Shek había levantado para marchar contra los Señores Feudales fue dirigido contra los comunistas de Mao.

La guerra civil duró hasta el año de 1950, meses después que Mao había declarado la existencia de la República Popular China, en Octubre de 1949. Chaing Kai Shek se estableció en la isla de Taiwán con sus seguidores, desde allí mantuvo hostilidades contra la China Continental con el expreso apoyo de los EEUU. Se dirigieron ataques armados contra edificaciones públicas, puestos militares y locales del partido sitos en la costa. Los EEUU le dieron la misión a la VII Flota de proteger a la isla de Taiwán de una invasión desde China Continental, amenaza que el gobierno chino mantuvo hasta que los EEUU advirtieron que usarían armas atómicas ante esa eventualidad. La beligerancia se mantuvo hasta el año de 1960, luego solamente ocurrieron incidentes aislados.

Lo que la Revolución encaró al establecerse en 1949 fue un territorio devastado, primero por la guerra contra los Señores Feudales, en segundo lugar por la guerra civil contra Chaing Kai Shek y su ejército, después contra el ejército japonés, luego por la reanudación de la guerra con el Kuomitang de Chaing Kai Shek y al caer derrotado éste y huir a Taiwan, todavía le quedaron más de diez años de choques armados que hostigaron su zona costera.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en  Manchuria estaban acantonadas tropas del Ejército Rojo para contener la posible invasión japonesa a territorio de la URSS y también para defender las fábricas establecidas allí. Pero, luego de firmada la rendición del Japón, en Agosto de 1945, la tropas soviéticas se retiraron no sin antes desmantelar las factorías y llevárselas consigo.

Este es el escenario: tierras arrasadas por la guerra, severo subdesarrollo y setecientos millones de seres humanos para alimentar. Sin embargo, la revolución socialista sucedió. De nuevo fallaron las predicciones de Marx y Engels.

Bajo la conducción de Mao Tse Dong como su máximo líder, se inicia la política del Gran Salto Adelante para impulsar la agricultura y la industrialización, pero no se alcanzó el éxito y “El Gran Timonel” perdió el liderazgo dentro del partido a favor de Liu Shao Shi y Deng Xiao Ping. En 1966, Mao contragolpea con el apoyo de líderes radicales del partido y la juventud agrupada en el movimiento de los Guardias Rojos, retoma el poder y conduce el período de la Revolución Cultural que dura hasta el IX Congreso del Partido en 1969, pero que verdaderamente termina con la muerte de Mao en 1976 y el inmediato arresto de sus lugartenientes de la Banda de los Cuatro.

Deng Xia Ping retornó al poder y comenzó nuevas reformas para crear nuevas industrias y reanimar la producción en aquellas que ya existían. En una aproximación muy pragmática, el gobierno dirigió la atención a los cambios en la economía y no en la política, cuya estructura nunca se tocó. En esa época Deng pronunció una frase que se hizo célebre en el mundo occidental: “No importa el color del gato si siempre caza ratón”.

En este estadio podemos recordar la Nueva Política Económica (NEP) de Lenin, probablemente buscando entonces lo mismo que Deng en su tiempo. También debemos recordar a Gorbatchov que mezcló las reformas económicas con las políticas (Glasnot y Perestroika), pero el estado soviético estaba tan carcomido por la burocracia, ineficiencia, privilegios y corruptelas que se desdibujó y colapsó.

La nueva política económica de China se fundamenta en: i) Fin de la colectivización de la producción en el campo, la producción es individual con la obligación de entregar una parte a las instituciones del estado y el resto de libre apropiación mediante su colocación en el mercado; ii) facilidades para la inversión extranjera; iii) Creación de Zonas Económicas Especiales; iv) estímulo para el emprendimiento de los empresarios nacionales.

Podemos añadir que en los años recientes se han producido muchas privatizaciones. El Estado Chino mantiene alrededor de un treinta por ciento de la economía bajo su control directo (energía, petróleo, minería, banca y servicios públicos), su contribución a la formación del PIB es del 40%. La parte privatizada de la economía se encuentra en el sector manufacturero.

Conversando con un embajador de la República Popular de China que ya regresó a su país, nos explicó la razón de la aplicación de la apertura económica capitalista y decía que por esa vía se recibían recursos financieros, se aumentaba  la producción y  la tecnología, lo que permitía potenciar el desarrollo de las provincias atrasadas de China. También confirmó que las Zonas Económicas Especiales estaban confinadas a las provincias de la costa.

El tercer ejemplo que presentamos es el del modelo socialista cubano. Por más de 55 años la Revolución Cubana ha mostrado un importante parecido con el socialismo soviético. No obstante, es innegable que en los tiempos que corren, se procuran cambios que apuntan a reformas de mercado, tales como la aceptación de iniciativa privada en el área de algunos servicios, la libertad que tiene el productor del campo para vender su cosecha directamente a los privados, la reciente aprobación de una Ley de Inversiones Extranjeras que está en vías de implementación. Es cierto que Cuba va despacio en la aplicación de estos cambios, pero no es menos cierto que viene soportando desde hace muchos años un riguroso embargo que prácticamente la obliga a ejercer una economía de guerra  en la que el racionamiento es la medida  que permite la subsistencia ante los escasos  recursos de capital y producción. La distensión que recientemente se alcanzó entre el Gobierno de Cuba y el Gobierno de los EEUU, esta encaminando una acción evolutiva que incidirá en una mayor apertura económica que seguramente liberará al sector manufacturero a la libre iniciativa. Esto aun no ha ocurrido porque hay mucho recelo desde el lado del Gobierno Cubano y del otro lado, mucha presión sobre la Casa Blanca de parte del exilio cubano que tiene poder económico y político.

Después de este breve estudio comparado sobre el Socialismo como fenómeno económico, social y político que existió en Rusia y aun existe en China y Cuba, vamos a mostrar los aspectos comunes que encontramos haciendo énfasis en las reformas introducidas para salvar el modelo corrigiéndolo.

1) En todos los casos las reformas económicas introducen formas del capitalismo que no cambia la inspiración socialista del modelo en cuanto a su vocación solidaria. El concepto soviético establece que todos los medios de producción de bienes y servicios debe ser propiedad del estado para que el gobierno sea la entidad que redistribuye el beneficio entre los miembros de la sociedad, sin embargo, este concepto es impugnado por chinos y cubanos cuando introducen reformas capitalistas bajo el marco de un mercado (más o menos) regulado que buscan mejorar producción y productividad para luego distribuir el beneficio, y aunque tenga más notoriedad lo primero, es lo segundo lo que va al fondo del problema y termina por salvar al modelo. Por ello, es que el estado Soviético ya no existe, mientras que China y Cuba sí.

2) Una clave importante es no poner el acento en las reformas políticas sino en las económicas. Los soviéticos probaron usar las reformas políticas al unísono con las económicas y produjeron un efecto catalizador que precipitó el fin del omnímodo estado socialista. No queremos decir que no son bienvenidas las reformas políticas, lo que ocurre es que en el Realismo Socialista (podemos leer también Dictadura del Proletariado) abrir las compuertas de golpe puede traer una inundación que arrasa con todo. En la Latinoamérica de nuestra época hemos visto varios ejemplos de Socialismo con variantes políticas muy distintas a los tres modelos descritos en este trabajo: Venezuela, Ecuador, Bolivia y la de Chile que naufragó en un amargo mar de sangre  y merece un tratamiento aparte, pero no es el objeto de este trabajo que pretende centrarse en lo económico y su vital empalme con el socialismo.

3) Hasta ahora el Socialismo ha llegado sólo en países subdesarrollados y atrasados. Las predicciones de los padres del socialismo científico, Marx y Engels, eran contrarias. ¿Significará esto que la madurez de las relaciones de producción entre el capital y el trabajo más bien alejan este cambio, mientras que son precisamente la pobreza y la miseria que se instala en los espacios económicos la que genera las condiciones para la transición del capitalismo al socialismo?

4) ¿Es válido pensar que siendo capitalistas la gran mayoría de los países del planeta, aquellos estados que deciden seguir la senda del sistema socialista, para sobrevivir en un mundo interconectado o al menos para poder sostener relaciones comerciales con el resto de los países, tienen que mantener algún tipo de conducta propia del capitalismo que les permita operar en el mercado?

Esta y muchas otras preguntas deben encontrar respuestas si queremos transitar una vía humana al socialismo. Una posibilidad que integre las capacidades inmanentes que acompañan al Ser en su aventura por la vida. El socialismo debe repartir riqueza y no pobreza. Si se desea repartir riqueza conviene crearla primero.

El capitalismo fue un enorme paso adelante en el desarrollo social por el impulso que le dio a la producción de bienes, acicateando la creatividad y la dedicación a uno o más objetivos. Cuando imperaba la esclavitud y el feudalismo, la sociedad estaba varada en el tiempo porque el sometimiento sin límites de muchas personas a otra le daba un ritmo a la vida que era casi imperceptible. El capitalismo desata las potencialidades individuales del Ser y cuando estas se focalizan en la producción de bienes el crecimiento es geométrico y apreciable de un día para el otro. El capitalismo es un paso gigantesco en el desarrollo humano que sin embargo se ve amenazado por la alienación del hombre que deja que su espíritu sea monopolizado para producir y ganar cada vez más, tener y poseer cada vez más, decidir sobre sus congéneres cada vez más. Es aquí donde el socialismo que se soporta sobre las tendencias innatas de solidaridad del Ser, insurge para frenar el acromegálico crecimiento individual que aplasta a la otra mitad del Ser Humano.

El capitalismo es una etapa del desarrollo humano que se centra en la producción de bienes y ese es su estelar logro. No podemos decir que el capitalismo es pernicioso por ello. No es así, es por los defectos, errores y vicios que se alojan en las maneras como se abordan la apropiación del excedente y el abuso del poder que mana de ello  y que lo hace imperfecto como sistema. El capitalismo requiere de un factor de corrección y ese elemento lo provee el socialismo como etapa que equilibra las tendencias inmanentes del ser individual y egoísta con el ser gregario y solidario.

Tomando en consideración los hechos expuestos y la argumentación que antecede, en el próximo capítulo de este ensayo pensamos explorar algunas ideas concretas sobre cómo debe manifestarse un socialismo renovado en Venezuela como etapa que supera al capitalismo.

(IV)
 
“La consciencia socialista significa un cambio en la consciencia social, ella no sale de una prédica. No olvidemos, insisto, que la consciencia social está determinada por las condiciones materiales de existencia y por la cultura y la ética.” Alí Rodríguez Araque, Antes de que se me olvide, página 186, Editorial Política, La Habana, Cuba. 

 

El nudo del problema que la Revolución Socialista debe enfrentar y resolver emana de la economía. Si lo que existe es una economía plenamente desarrollada con medios de producción en manos privadas, probablemente la solución podría ser relativamente fácil: transferir la propiedad del dueño de la fábrica a sus trabajadores. No obstante, si la realidad es una economía subdesarrollada y atrasada, el asunto debe encararse de manera distinta.

Tratándose de lo último, para la Revolución es fundamental comenzar un proceso de desarrollo en el que el Estado contribuya con capital, organización de empresas y apoyo técnico, entre otras cosas.  Esta ruta debe responder varias interrogantes: ¿Cuenta el estado con una renta  que le permita aportar capital? ¿Si la capacidad de contribuir con capital es limitada, cuáles son las prioridades? ¿Invocará la participación de capital extranjero? ¿Cuáles son las áreas para las empresas exclusivas del estado, cuáles para la propiedad colectiva y cuales para la propiedad privada?

Si añadimos al escenario los factores políticos encontraremos más complejidades a resolver. ¿Se accedió al poder luego de una heroica lucha armada que derrotó a las fuerzas del viejo régimen o fue después de ganar una elecciones populares? ¿Se debe compartir la escena política con partidos, organizaciones no gubernamentales y prensa libre, todas típicas de una sociedad abierta?

¿Cuáles son las respuestas? Pol Pot tuvo una solución: bajo la amenaza de las armas, los habitantes de Cambodia se vieron obligados a mudarse de las urbes al campo para sembrar, cosechar y alimentar a la población. Por su parte, Stalin colectivizó el trabajo en las fábricas y se aseguró de que ello se ejecutase rigurosa y drásticamente. ¿Es este el curso apropiado de acción?

Hay que tomar en cuenta que más allá de los avances sociales del capitalismo en comparación con sus antecesores sistemas esclavista y feudal, también es un sistema de dudosa naturaleza moral porque se sustenta en la apropiación impagada que el dueño del medio de producción ejecuta sobre el trabajo que se acumula en los bienes producidos. Además, la educación que recibimos del status quo y nuestro entorno de vida, aliena al ser humano y exacerba su individualismo. Todo ello estimula a que ansiosa y continuamente busquemos tomar el beneficio del trabajo de otros, incluso puede y de hecho lleva a desviaciones que conducen a conductas criminales para llenarse los bolsillos con dinero ajeno ya vía fraudes, atracos y otros delitos.

El socialismo parte de un principio moral distinto: “Todos reciben conforme a sus necesidades, méritos y capacidades.”

Pero, veamos otros problemas que están en el corazón de la economía. Uno de ellos es: ¿Con quién contamos para construir el socialismo, sobre todo si se trata de un país atrasado? ¿Será la vanguardia ilustrada quien resolverá todo? La vanguardia puede comenzar un proceso educativo y de progreso cultural para los niños y jóvenes que impactará el futuro, sin embargo, los partidarios de la revolución que votaron en las elecciones para salir de años de gobiernos conservadores y malos no son propiamente los cuadros necesarios para acompañar activamente los cambios socialistas y aunque podamos en principio hacer uso de su aporte, debemos estar alertas a las presiones que recibirán para retomar hábitos del pasado e inducir cambios en la tendencia electoral. Lo que estamos tratando de expresar es que en una primera fase de instalación del socialismo sólo se cuenta con el apoyo de un número limitado de gente preparada para crear, potenciar y mantener los cambios, el resto del soporte profesional, técnico y burocrático vendrá de las mismas personas que por años sirvió al viejo régimen, lo que probablemente hará con las virtudes de los grados universitarios adquiridos, pero también con los vicios propios del sistema capitalista.

Otro protuberante obstáculo es procesar una revolución socialista en una sociedad abierta y multipartidaria que está permanentemente vigilada por la “prensa libre”. Sabemos que los dueños de los medios en su casi totalidad son enemigos del socialismo y se asocian a carteles del capitalismo, por lo que muy vigorosamente combaten a los movimientos progresistas.

También debemos tomar en consideración que la gran mayoría de países del planeta son capitalistas, incluso aquellos que emergieron de procesos anticoloniales son capitalista al menos en la manera en que se relacionan con sus antiguas metrópolis. Y no es que este ambiente flota neutralmente alrededor de aquel estado que asume un cambio de estructura económica para alejarse del capitalismo, no, no es así, porque el entorno es inamistoso y está organizado y dirigido por centros económicos y financieros de poder con base en los EEUU, Canadá y Europa. Todos ellos operan afanosamente para destruir el modelo y con ese propósito emprenden una guerra de cuarta generación que actúa en el frente de los medios de comunicación y en los frentes económico, financiero, político y social con el objeto de desestabilizar y dar al traste con el proyecto que se adelanta en el país seleccionado como blanco. Se valen de cualquier instrumento táctico: sabotaje económico, acaparamiento de alimentos y medicinas, especulación de precios, acusaciones de transgresiones a los derechos humanos, combates callejeros para crear el caos, remesas de divisas a activistas de la oposición política. Todo esto es muy difícil de neutralizar en una sociedad abierta, democrática y en la que genuinamente quienes están en el poder respetan el orden legal  y los derechos humanos.

Ahora, luego de esta descripción de problemas que un país debe enfrentar porque desea un cambio de estructuras económicas, conviene tener una apreciación más amplia de las posibles y probables soluciones para poder sortear los peligros y amenazas que se ciernen sobre cualquiera que lo intente. Las referiremos a nuestro propio país: Venezuela.

La Revolución Bolivariana iniciada por Hugo Chávez en 1999, en poco tiempo optó por realizar cambios políticos, económicos y sociales de inspiración socialista y a través de un proceso gradual. Años de segregación de vastas porciones de la población que la mantenían al margen del sistema económico y en situación de pobreza fue el primer enorme problema a encarar. Suplir comida y salud a ese amplio y pobre sector de la sociedad, crear empleo, proporcionar tierras de cultivo a los campesinos, todas eran tareas que necesitaban urgente atención y la burocracia ministerial heredada era un inconveniente para ello. Esto explica el origen y desarrollo del “Plan Bolívar 2000”, por el cual se incorporó a los militares a circuitos nacionales que vendían comida a precios muy bajos y se dispensaba salud sin costo alguno. También para el momento se aprobó la Ley de Tierras cuyo propósito era entregar lotes de tierra cultivable a los campesinos, asicomo la Ley de Pesca que, entre otras cosas, prohibía la operación de las embarcaciones de troleo en aguas costeras porque con ello se dañaba la reproducción de los peces debido a que se capturaban de tamaños medio y pequeño y sobretodo dañaban el ambiente de desove, igualmente arruinaba a los pescadores artesanales.

La respuesta de los enemigos conservadores de la Revolución fue un golpe de estado en abril de 2002 y la separación del poder del Presidente Chávez por 48 horas, cuando la reacción popular a nivel nacional, respaldada por la Fuerza Armada, restableció su Gobierno.

El mismo año 2002, la oposición política, aprovechando el control gerencial que tenía en la industria petrolera (PDVSA), ejecutó el paro petrolero que duró casi tres meses. La producción petrolera cayó a veinte mil barriles diarios (de tres millones diarios) y todos los residentes de Venezuela sufrieron la falta de gas doméstico para cocinar y gasolina para el transporte. Sin embargo, las dificultades fueron superadas  y, paso a paso, gerentes jubilados de la industria, trabajadores y militares, todos leales a la Revolución, normalizaron la situación y derrotaron el nuevo intento por derrocar al Presidente Chávez.

Durante el año 2003, grupos de oposición tomaron algunas calles en ciudades principales del país para interrumpir el tránsito vehicular y producir el caos, quemar objetos y lanzar piedras a la Guardia Nacional, en lo que llamaban “Guarimbas”, para demandar la renuncia del Presidente Chávez. Mientras tanto, el Gobierno Revolucionario inició las primeras misiones dispensadoras de salud (Barrio Adentro I y II), educación gratuita en tres niveles con Misión Robinson (alfabetización), Misión Ribas (Primaria) y Misión Sucre (Bachillerato), y también la Misión Alimentación con la venta de comida subsidiada.

El año siguiente (2004), la oposición recolectó el número de firmas requerido por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (artículo 72) para celebrar un referéndum revocatorio al Presidente Chávez. Éste se celebró en agosto del 2004 y el Presidente lo ganó con holgada mayoría.

Desde su elección en 1998, el Presidente Chávez no había podido dedicarse a gobernar debidamente porque necesariamente tenía que ocuparse de su defensa para evitar ser derrocado. Sólo después del referéndum pudo dirigir toda su atención y dedicación a la generación de los cambios económicos y sociales necesarios para emprender el camino y fundar una nueva sociedad.

Es importante señalar que todos los ataques montados y ejecutados para terminar tempranamente con el período presidencial de Hugo Chávez tuvieron el apoyo de potencias extraterritoriales, siendo los más prominentes determinados sectores en el poder en los EEUU y el Reino de España.

La conspiración económica durante esa época propició una fuga de capitales nacionales de alrededor de dos y medio millardos de dólares (billones estadounidenses), lo que hizo necesario un control cambiario para detener la sangría. Esta medida operó bastante bien en los siguientes seis o siete años, período durante el cual la economía creció con vigor.

Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales del 2006 con el 62,84% de los votos y, hasta que se reveló que padecía de cáncer en junio de 2011, la oposición criolla mantuvo una conducta moderada, pero desde que supieron de la enfermedad del presidente reiniciaron acciones conspirativas abiertas y clandestinas que incrementaban con cada noticia que delataba su cercanía a la muerte.

El Comandante Chávez fue operado y recibió tratamiento, lo que le permitió acudir y ganar las elecciones de octubre del 2012. Probablemente y como consecuencia del esfuerzo que hizo durante la campaña, recayó en el cáncer, en diciembre del mismo año, lo trasladaron a Cuba para recibir cirugía. Su debilidad fue aumentando sostenidamente durante los meses de enero y febrero del 2013, hasta que entró en agonía el primero de marzo y falleció el cinco del mismo mes.

Durante este lapso de tres meses, la oposición nacional incrementó las acciones de sabotaje al servicio eléctrico nacional, perturbó seriamente la economía con especulación, acaparamiento, contrabando de extracción de alimentos subsidiados y, todo alcanzó su clímax en las protestas postelectorales de abril del 2013, cuando azuzada por las palabras inflamadas del candidato que perdió los comicios, tomó las calles para prender fuego a casas del PSUV, clínicas populares, bibliotecas públicas, dejando un balance de once fallecidos y decenas de heridos.

El Presidente Maduro convocó a un diálogo nacional entre los partidos de la oposición y el gobierno. También invitaron a sectores de la manufactura, agroindustria, medios de comunicación, entre otros. Sin embargo, nada de esto disminuyó la guerra económica, y el sabotaje, por el contrario, empeoró sobre todo después de que la MUD decidió abandonar el diálogo sin dar explicaciones.

En diciembre de 2013, se celebraron elecciones de Alcaldes en todo el país y el PSUV y sus aliados las ganó con una diferencia del 11%, pero eso sólo estímulo la agresividad de un radical sector de la  oposición que en enero de 2014 comenzó a  reunirse en distintos puntos del territorio nacional para proclamar la nueva consigna de “La Salida”, queriendo referir con ello la renuncia del Presidente Maduro y, el 12 de febrero, lanzaron de nuevo “Las Guarimbas” que es el sistemático posicionamiento de grupos violentos en calles y avenidas seleccionadas para colocar barricadas, suspender el paso de vehículos y personas y, además, cuando la policía o la Guardia Nacional llega para remover los obstáculos es recibida con piedras, cocteles molotov y disparos de francotiradores. Más aun, los autobuses de transporte público son incendiados, edificios públicos y privados son atacados e invadidos para saquear computadoras, aparatos de TV y muebles. Durante el desarrollo de esta caótica conducta murieron 43 personas, solo seis eran opositores, los demás eran policías, guardias nacionales e inocentes peatones. Los funcionarios acusados de ser responsables de la muerte de los seis opositores están bajo custodia policial y están sometidos a juicio, mientras que la mayoría de los francotiradores que ocasionaron los demás óbitos no  ha podido ser capturados.

Después de los hechos narrados, la situación en que se encuentra nuestro país es muy difícil porque el modelo Bolivariano Socialista que se apoyó financieramente en la renta petrolera tiene serios problemas: i) La inflación que para el último trimestre de 2014 superaba el 45%, en lo que va del año 2016 es difícil de calcular porque los precios avanzan de un día para el otro; el FMI dice que es de 500%, pero hay otras fuentes que calculan 700% y algunos ya hablan de 1000%. ii) Carencia de bienes de consumo alimenticio y medicinas. iii) Tampoco se consiguen bienes de aseo personal como pasta dentífrica, desodorante, etc. iv) Precios elevados que se distancian de la capacidad de los bolsillos del pueblo. v) No existe o hay pobre e ineficiente producción de alimentos, medicinas, manufacturas. vi) La caída de los precios mundiales del petróleo, nuestra incapacidad de aumentar la producción petrolera y, por añadidura,  parte de lo que producimos se envía a China para amortizar la deuda que tenemos con el Fondo Chino. vii) PDVSA viene vendiendo sus dólares al BCV a un precio distante del dólar paralelo lo que sólo le da una entrada modesta de bolívares que no le permite atender sus gastos en moneda local para mejorar la producción además de que arrastra una enorme deuda interna. viii) El sensible descenso del ingreso de divisas al país ocasiona un enorme hueco en las importaciones de alimentos y medicinas. ix) Aunque el Gobierno ha combatido al contrabando de extracción de consumibles subvencionados no ha sido totalmente exitoso en ello y más bien  ha sucedido una reconversión del contrabandista en “bachaquero” que asociado a funcionarios del gobierno consigue el producto regulado y lo revende por elevados precios a aquellos que no pueden hacer colas porque pasan el día en su trabajo; tampoco las bolsas de comida que reparte los CLAP funcionan adecuadamente porque igualmente sucumben al trajín del “bachaqueo” y le sacan productos para venderlos aparte con altos beneficios. x) Tal como hace el Tesoro de los EEUU que imprime dólares para pagar deuda, nuestro BCV imprime bolívares para aumentar salarios, aumentando la presión inflacionaria sobre los precios.

Mientras tanto, el Gobierno procura concertar con empresario e inversionistas.  A algunos que exportan los estimulan dejando que parte de los dólares que reciben en el exterior (hasta el 60% según el Convenio N° 35 del 9/3/16) los mantengan para su giro comercial y algo más, pero esto no mejora sensiblemente la oferta de dólares en el mercado controlado. La razón es sencilla, es mejor negocio lograr que el estado entregue dólares protegidos (DIPRO) a Bs 10 para traer una importación que nadie sabe a ciencia cierta si viene completa o sin sobreprecio, porque la tentación y el acto de dejar una buena parte de la divisa fuera y la otra que es venderla en el mercado paralelo (negro) es imbatible.

Sabemos que el precio del dólar complementario (DICOM) ya está sobre los Bs 630, pero esa cifra no puede ser un marcador porque a fin de cuentas también es una divisa controlada y su oferta es limitada. El marcador siempre va a ser el dólar paralelo que está sobre los Bs 1060.

Conviene que todos los venezolanos, incluyendo al Gobierno, entiendan que la divisa controlada cumplió ya su rol y fines en un momento determinado de nuestro país. Su sostenimiento tiene enferma a la economía. Es un imán que distorsiona la producción y las importaciones que nunca van ser sinceras porque la mayor parte de las divisas controladas que se entregan se desvían a cuentas en el extranjero y en menor proporción van al mercado paralelo. Este imán además fija precios internos que suben al mismo ritmo de la divisa que se cotiza en el mercado negro y generan una inflación que está asolando a Venezuela.

¿Qué hacer?

Luego de los comentarios que anteceden y las explicaciones de capítulos anteriores que aluden al individualismo como parte de la condición humana que corre en paralelo con la solidaridad. Debemos decir que es poco lo que ha logrado la Revolución en lo que ha debido ser su empeño en conseguir un cambio  de los hábitos individualistas del venezolano y su apego a las tendencias culturales del consumismo que nos han penetrado por muchos años. Nosotros, los venezolanos, hemos internalizado que nuestro país tiene una inmensa renta petrolera y que todos tenemos un derecho natural a una parte de esa renta, sin importar cómo lo logramos. Lo ideal sería que fuese mediante el trabajo dedicado y/o el emprendimiento creador. Sin embargo, son los atajos y las vivezas las que se han impuesto. Este problema puede y debe ser perseguido y castigado en toda su manifestación delictual, pero en cuanto a la parte cultural el asunto sólo puede ser atendido con educación y el ejemplo de las clases dirigentes que deben exhibir una conducta frugal y de moralidad incontestable. Siendo así, es posible que a largo plazo podamos generar el cambio cultural de los venezolanos.

No podemos sino recordar la cantidad de horas que dedicó el Presidente Chávez a hablar de moralidad y dedicación en los cargos públicos, durante sus programas de “Aló, Presidente”. Fue su verbo, medidas y ejemplo personal un azote que mantuvo inhibida la perversa conducta de manipular la cosa pública para sacarle beneficios personales. Evoquemos como emplazaba públicamente a ministros y funcionarios para cumplir con su deber y los interrogaba frente a la cámara de TV. Estimamos que una vez se supo de su grave y terminal enfermedad, lo que lo obligó a ocuparse de su salud, los diablos se soltaron del redil y cundió el mal ejemplo que luego de su partida definitiva se sembró para expandir el asalto al Tesoro de la República en connivencia  con empresarios de igual o peor catadura.

Se requieren acciones inmediatas en la macroeconomía. El control cambiario que funcionó bastante bien durante los primeros años de su instauración bajo la conducción con calidad ética de las personas que originalmente lo encabezaron, más tarde sucumbió ante las redes de corrupción que brotaron luego de que nuevas caras se hicieran cargo del régimen de administración de divisas debido a la desatención del Comandante por razones de salud y luego por su ausencia definitiva. Hoy en día, el mal es una plaga sin control, sin importar a quien se designe en los cargos de dirección. El negocio de conseguir dólares baratos (Bs 10) para venderlo a Bs 1.090,oo es invencible. No hay otra actividad económica que lo supere. Ni el bachaqueo es mejor y menos aun por el riesgo que comporta.

La respuesta está en la liberación cambiaria. Hay que dejar que el precio del dólar flote en el mercado y se vaya ajustando. Probablemente los primeros días subirá por encima del valor de mercado actual (podría escalar a Bs. 1.500,oo o más), pero aunque el estado tenga pocos dólares los que tienen los colocará para financiar sus gastos, subir sueldos y subvenciones, además de que los privados, actuando ahora en un ambiente despenalizado también lo harán y una vez que esa tendencia esté en marcha y el dólar comience su descenso nadie querrá quedarse con dólares para venderlos a pérdida y, finalmente, la divisa se estacionará entre un valor racional de mercado y el valor inherente del bolívar. Por otra parte, sin esta medida es poco probable que se atraigan inversiones de origen extranjero, asicomo  las nacionales represadas en bancos de terceros países.

Mark Weinsbrot(4) escribe mucho sobre el tema y uno de sus artículos explica que al cesar el control cambiario el Estado Venezolano tomará del mercado una cantidad superior a la de ahora de bolívares para cubrir los gastos de la República, con la ventaja que es dinero que extrae de la normal circulación de la moneda. De esta manera ya no se cubren gastos imprimiendo  papel moneda sino que los bolívares se toman del torrente de circulante de bolívares, alcanzando de paso un propósito anti inflacionario.
La inmensa mayoría de los economistas coinciden en la necesidad de abolir el control cambiario.

¿Significa esto una renuncia al Socialismo? No lo es. Es una medida necesaria para salvar los logros que aun tenemos y posibilitar poder cumplir con otros. El razonamiento es que se requiere más moneda nacional para pagar salarios, subvenciones de alimentos y medicinas, gastos de misiones, etcétera. Por otra parte, esta nueva realidad provocará que los empresarios apliquen su dinero y  los créditos del estado a la producción y no a la compra de dólares preferenciales que anteriormente utilizaban -posiblemente si- para pagar insumos o bienes importados, pero también para dejar dólares en el extranjero y vender una parte en el mercado paralelo con enorme beneficio.

Con un propósito similar se debe aumentar el precio de la gasolina, no necesariamente al precio internacional, pero si a aquel que disuada al contrabando de extracción porque reduce mucho la rentabilidad, mientras remunera suficientemente a PDVSA, de manera que cubra sus gastos en bolívares y pueda liberar recursos para mejorar la producción de crudos livianos haciéndole mantenimiento a los pozos, asícomo para poder traer los aditivos requeridos para posibilitar el fluido del crudo pesado de la faja. Es sencillo, además de cubrir gastos de PDVSA y hacer un plan de pagos de su deuda interna, se retoma la finalidad estratégica de producir más petróleo y traer más ingresos al país, como lo están haciendo todos los miembros de la OPEP.

El aumento de la gasolina que decretó el Gobierno es insuficiente. Con seguridad el precio adecuado ya debe estar estudiado y lo pertinente es implantarlo ahora. El pueblo venezolano entenderá perfectamente la necesidad de esta medida si es bien explicada. Además, se complementa con la liberación cambiaria que producirá mayores ingresos al Tesoro de la República y permitirá aumentar salarios y subvenciones para que la gente pueda cubrir la mayor parte de los aumentos de los alimentos y medicinas ocasionados por el incremento del valor del dólar y del combustible.

En la actualidad y de acuerdo con el artículo 8 del Convenio Cambiario N° 35 del 9/3/16, PDVSA puede colocar los dólares generados por sus exportaciones en el DICOM pero todo ello conforme a “la programación entre la Vicepresidencia Sectorial de Economía, el Ministerio del Poder Popular para la Banca y Finanzas y el Banco Central de Venezuela en función de las políticas establecidas y la disponibilidad de divisas para atender las necesidades de la economía…” Lo que quiere decir –por ejemplo- que si el Ejecutivo y el BCV juzgan que necesitan acceso a más divisas para honrar pagos de deuda externa le recibe a PDVSA los dólares a Bs 10 (valor DIPRO) y no al cambio DICOM.

Entendemos que se necesita un proyecto y existe la percepción de que el Gobierno no lo tiene. No estamos hablando de “El Plan de la Patria” y sus líneas estratégicas, como fue proyectado por el Comandante Chávez. Tampoco de un Plan Nacional que describe las grandes metas y baja hasta los detalles para alcanzarlas con la duración de las etapas, y que en su conjunto puede desenvolverse dentro de un marco temporal de 10, 15  20 años para desarrollar a Venezuela. No, nos referimos a un plan de contingencias para atacar la coyuntura crítica de nuestra economía  que ya había aflorado en la segunda mitad del 2012, pero cuyos signos no pudimos o no quisimos leer, como tampoco lo hicimos en el 2013 ni el 2014 ni el 2015. Sólo fue a comienzos de este año 2016 cuando el Gobierno comenzó a tomar algunas medidas que por tardías y parciales son insuficientes.

Se requiere un plan para combatir la corrupción con dedicación, más aun, con devoción. Hay una generalizada percepción que los actos criminales contra los dineros de la República quedan sin castigo. Esta percepción no proviene de  conjeturas tomadas a partir de la poca información que publican los medios. Todos conocemos a militantes del Socialismo que asumen un cargo oficial y hasta entonces no tenían vehículo, vivían arrendados en zonas urbanas o suburbanas muy modestas, pero a los cinco o seis meses ya se han mudado a un apartamento costoso, tienen una camioneta 4 x 4 y viajan a Aruba los fines de semana. Naturalmente, de acuerdo a la altura de la escalera de los cargos ministeriales, de empresas públicas, de gobernaciones o alcaldías  el funcionario tendrá dos o más viviendas, dos o más automóviles, etc. Esto debe cesar y la única manera es que los actos de corrupción se persigan y penalicen sin importar el nivel de sus autores. Lo que hace el Ministerio Público, las policías y el Poder Judicial no es suficiente. Ministros, gobernadores, magistrados, presidentes de compañías del estado se han marchado de Venezuela burlando a  las autoridades a vivir exilios dorados con fortunas mil millonarias. No hay ni una declaración oficial de la Presidencia, Ministerios, TSJ, Fiscalía, Procuraduría que diga algo al respecto. Se conocen sus nombres, donde viven, los grandes gastos en que incurren para vivir holgadamente, todo ello con el dinero de los venezolanos, pero nadie hace algo para someterlos a juicio y traer esos capitales de vuelta.

El crimen debe ser golpeado con energía. Sin excepciones. La acción delictual generalizada de hurtos, atracos, secuestros y asesinatos debe ser detenida. Es muy difícil trabajar el campo si cunde el abigeato, el robo, la extorsión y el secuestro en las fincas. Es duro para el personal obrero de una fábrica tener que pagar peaje para salir y regresar al barrio donde vive. Es una desviación inaceptable que el empresario pequeño, mediano o grande tenga que pagar a funcionarios que lo extorsionan con multas o reciben avisos de cierre apoyándose en las complicadas trabas burocráticas que el Gobierno no cesa de crear y que los  delincuentes que se disfrazan de socialistas aprovechan como alcabalas para exigir dinero. Todo eso infla los precios de los productos aunque  la empresa no pueda registrar esos gastos en la estructura de costos.

Todos estamos al tanto de la existencia de una guerra  de cuarta generación (el Gobierno la llama Guerra Económica) que incluye el ataque al aparato económico y produce distorsiones en el mercado que afectan al consumidor. El Estado Mayor que dirige esta guerra tiene a personal muy calificado que constantemente está pensando y proyectando acciones, informaciones y contra informaciones dirigidas a conseguir estas metas. En ese Estado Mayor militan intereses de los EEUU, Canadá, Unión Europea, de la oposición criolla y otros. No obstante, también sabemos que los sostenidos errores de nuestros gobiernos (nacional, regional y local) han abonado el terreno para ser objetivamente presa fácil de las oscuras actividades de los enemigos del país.

Otro tema muy importante es la determinación del área de la economía que será  atendida por el sector privado. Debe ser regulada y con acceso a todo el mercado nacional.

En Venezuela aproximadamente el 45% de la economía está controlada  directamente por el Estado, pues es propietario de la industria petrolera, del gas, de la minería, del hierro, del acero, del aluminio y casi todas aquellas que le tributan a éstas, además es dueño también de las empresas que generan, transmiten y distribuyen electricidad, de los acueductos y servicio de agua, de la mayor parte de las comunicaciones y de sistemas de transporte subterráneo y de superficie. También el Estado tiene una incipiente capacidad industrial de producir alimentos que ahora tiene muchas dificultades de producción y productividad. Se incrementó el número de hectáreas de tierra arable distribuida pero que no cubre las necesidades del mercado nacional  porque al productor no se le entregan los créditos, la semilla, la maquinaria y demás insumos o no se proveen oportunamente y/o no se controla suficientemente el destino de los fondos a nivel de productor o de la empresa intermediaria que también es del estado.

Determinar un espacio importante de la economía para el sector privado no es una abominación del Socialismo, por contrario si lo fue pretender que el estado lo controlase  todo como ocurrió en la URSS y en Cuba. La razón es sencilla, no hay manera de que el Estado pueda ocuparse de absolutamente todo. La burocratización y sus complicaciones de procedimiento terminan por exacerbar la parte individualista del Ser y deviene en el surgimiento de capas privilegiadas que roban tanto del excedente como lo haría el más abyecto capitalista con el valor del trabajo añadido por el trabajador al producto. Conviene añadir que, hoy en día, la URSS no existe porque su economía colapsó y la Cuba Revolucionaria anda en la búsqueda de una apertura económica que le permita producir más para distribuir más.

Es importante abrir la economía a la inversión privada en las áreas de la manufactura,  agricultura, ganadería, transporte y comercio para brindarle al estado una amplia base imponible para capturar impuesto sobre la renta y no depender casi exclusivamente de la renta petrolera y de un impuesto indirecto y regresivo como es el IVA.

El estado debe obtener fondos suficientes de la recaudación fiscal y provenientes de la renta petrolera para sostener el gasto corriente del aparato de los poderes públicos, la inversión en infraestructura que se requiere para el desarrollo nacional, regional y local (incluyendo al Poder Comunal) y el gasto social que es el instrumento de redistribución de la riqueza generada en el espacio económico de la República.

Por otra parte, nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus artículos 115 y siguientes garantiza el derecho a la propiedad privada y reconoce otras formas de propiedad social con lo que define una economía mixta y nuestro Socialismo tiene que tener esa definición. Este hecho debe convertirse en claro mensaje a los inversionistas quienes pueden venir a Venezuela a darle activa función social al capital, genere trabajo y gane lo justo pero que produzca  riqueza que podamos distribuir desde el Socialismo.

Como decíamos en el segundo capítulo de este trabajo, en el Ser conviven dos tendencias: la del individualismo y la del gregarismo, desde ellas desplegamos una actividad egoísta o solidaria. El Capitalismo es el campo fértil para se desarrolle la primera tendencia (individualismo), el Socialismo abona el terreno para que se desarrollo más la segunda que es el gregarismo. Ontológicamente,  en ningún caso una tendencia liquida a la otra porque en el fondo ambas inmanencias son complementarias. El genio de la creación siempre se va a fundamentar en la actitud individual, mientras que el gregarismo es indispensable para poder vivir en sociedad, para poder compartir con nuestros semejantes, para levantar sanamente a la familia. El típico desempeño del Ser individual es el del inventor y el artista, mientras que el Ser solidario da clásico fundamento al político y al médico. Ese es el deber ser. Naturalmente, siempre van a existir los matices según el balance que tengan las dos inmanencias en el desempeño del Ser.

Retomando el tema económico, queremos referirnos a la buhonería como actividad comercial que requiere ser reconvertida. Si existe una forma salvaje de ejercer el capitalismo, esa es la buhonería. El egoísmo del buhonero es comparable mutatis mutandi a aquel que desde el poder le brinda al capitalista ser el propietario de una poderosa empresa  que también lo hace sentirse dueño de sus trabajadores y familias. Si no lo creen discutan con uno sobre el precio de lo que vende para que vean.  El vendedor de la calle no paga impuestos, no tiene personal en nómina, trabaja con un costo muy bajo (salvo el pago que le hace al policía para que no lo corra) y se aposta donde le parece que va vender más. Si vende empanadas o jugos lo hace en las adyacencias del lugar de trabajo para venderle a los que llegan sin desayuno o almuerzan con un emparedado, si venden alimentos empacados  lo hacen en las proximidades de los edificios de viviendas y salidas del metro para aprovechar a quienes cansados regresan a sus hogares  y necesitan llevar alimento a la familia, si venden ropa se acomodan frente a las tiendas que pagan impuestos, captan trabajo y le dan garantías al cliente de sus productos.

Hay que llevar a los buhoneros a ser comerciantes constituidos o trabajadores del campo o fabriles. No digo como debe hacerse porque de eso tenemos experiencia, lo que no hemos tenido es consecuencia porque siempre  sucumbimos a la demagogia. Los países desarrollados no tienen otro buhonero que no sea el vendedor de lotería y el ciego que vende lápices.

Ya concluyendo es oportuno decir unas palabras sobre lo que es una de las contribuciones más importantes de la Revolución Bolivariana. Se trata de los llamados órganos del Poder Popular. Se han escritos cosas muy prejuiciadas y desagradables sobre los Consejos Comunales y las Comunas. Reconociendo que hay desviaciones que deben corregirse, es necesario afirmar que este es el proyecto más serio para organizar al pueblo sencillo y llano de manera que actúe   responsablemente en función del progreso social de sus comunidades. Debe ser bueno que las personas que se agrupan en viviendas colindantes unas de otras, que hacen uso de las mismas  calles, del mismo colegio, compran  alimentos y medicinas en las mismas bodegas y boticas, se unan en un Consejo Comunal que elige a vecinos que son voceros del Comité de Obras Civiles que hace y repara aceras, pavimenta calles, mejora y construye escuelas, levanta centros culturales y deportivos, plazas y parques, entre otras cosas. Para ello reciben soporte financiero previsto en el Presupuesto Nacional, mientras que mantienen un autocontrol social del gasto que incluye a la supervisión de la Contraloría General de la República. Todo ello está previsto en una Ley de la República. Esto tiene que ser algo bueno y debemos apoyarlo y no permitir que la corrupción que la acecha la vulnere, la distorsione y la extinga.

No podemos dejar sin decir una palabra acerca de la defensa de la revolución porque el entorno y la propia dirigencia nos ha venido formando en la idea de que tarde o temprano se producirá una lucha armada y (naturalmente) épica contra sus enemigos natos que son las fuerzas conservadoras y especialmente el Imperialismo. Esta posibilidad no puede ser despachada por más remota que pueda parecerlo. Es un hecho demostrado por la historia que la guerra es un instrumento de acción política que puede ser utilizado por los archi-enemigos del Socialismo, pero las complejidades de un mundo donde han crecido exponencialmente las comunicaciones han venido dejándola como último recurso, aunque no por ello vamos a dejar de tenerla en mente como un peligro en el horizonte. Con esto queremos enfatizar que las mejores capacidades posibles siempre deben estar presentes en nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas y Revolucionarias.

Una vez dicho lo anterior podemos establecer que la amenaza inmediata es la destrucción del modelo Revolucionario Venezolano y mostrar al mundo su inviabilidad porque sólo genera pobreza, caos, criminalidad, enfermedad y muerte. Este es el frente en el que debemos luchar cada día de nuestra existencia. Sabemos que tenemos dificultades y que debemos hacer ajustes en el modelo que reviertan la tendencia a mostrarnos como  los enemigos desean que nos vean. Los cambios son necesarios para corregir el modelo y hacerlo funcionar fluidamente. Todos debemos dirigir nuestros esfuerzos en ese sentido. Los funcionarios públicos de todos los niveles, gerentes de compañías del estado, fiscales, jueces, trabajadores, maestros, profesores, estudiantes, militares, todos tenemos que cumplir con nuestras responsabilidades con visible conducta ética. El más grande compromiso es de la vanguardia del PSUV que debe actuar con unidad, dedicación, lealtad, honestidad, sencillez, audacia y valentía.

La crisis venezolana. ¿Cómo enfrentarla políticamente?

Como hemos explicado en las líneas precedentes, es evidente para todos que atravesamos una grave crisis económica de terribles consecuencias sociales que nos están conduciendo visiblemente al caos y a la violencia, lo que probablemente también lleve a la intervención de fuerzas nacionales o foráneas y, sobretodo, en el segundo caso, es previsibles un efecto disolutorio de todos los liderazgos conocidos actualmente porque quien venga de fuera no colocará en el poder a alguien de los bandos en conflicto, ni lo piensen, pondrá a venezolanos que responden única y exclusivamente a sus intereses, estas personas están en los EEUU, Europa y en menor cantidad en Asia, ninguno de ellos pertenece a la oposición o la revolución. Si ello sucede perdemos todos los actores del actual escenario político.

El referéndum revocatorio siendo constitucional y procedimentalmente viable, no es la salida políticamente adecuada porque dadas las circunstancias es imposible que el Gobierno lo gane como tampoco es que triunfe en las elecciones sobrevenidas. La oposición obtendría la victoria y la Presidencia, pero las grandes interrogantes, entre otras, son: ¿Podrá la oposición Gobernar con un chavismo presionando diariamente en las calles? ¿Tendrá el apoyo de las instituciones (ministerios, policías, gobernaciones, alcaldías) todas dominadas por el chavismo? ¿Será que sin hacer una purga de oficiales chavistas en las FAB, podrá Gobernar? Siendo así, ¿qué actitud tomarán? ¿Los colectivos armados entregarán sus armas o combatirán? ¿En quién se apoyará el Gobierno para dominar el caos? ¿Será éste el ambiente propicio para que fluyan las inversiones? ¿Hasta dónde subirá el dólar?

Es momento de que oposición y gobierno dialoguen francamente, teniendo en mente que también son venezolanos y que entre sus líderes y demás partícipes, hay reservas nacionalistas y progresistas. En los sectores de la MUD hay personas de izquierda, de centro izquierda y de centro que paulatinamente se fueron arrimando a la oposición porque nosotros mismos la fuimos apartando por una hipersensibilidad a la crítica que no habla en beneficio de la tolerancia democrática que deberíamos practicar como algo normal.

Desde ambos bandos se perdió la sindéresis y se practica un discurso agrio, insultante y violento. Ninguno de los dos hace nada por superar el enfrentamiento, evitar el choque, tomar medidas conjuntas y salvar a Venezuela.

Insistir en temas como el referéndum revocatorio y la salida de Maduro de la presidencia no contribuye al diálogo fértil y productivo. Tampoco lo es pedirle a la oposición que expresamente renuncie al referéndum o publique una declaración de apoyo a las políticas económicas del gobierno porque “son las mejores” y no entenderlo así es conspirativo.

Los revolucionarios que están en el Gobierno tienen la histórica responsabilidad de llamar a un diálogo sin condiciones que estará destinado solamente a conversar sin partir de posiciones y encaminado a la búsqueda de soluciones dirigidas a comenzar a resolver la grave crisis económica.

No hay que continuar  transitando un curso de confrontación entre dos mitades de venezolanos. De esa manera lo que podemos perder es la revolución misma y levantar sus banderas de nuevo tomará muchos años.

El diálogo debe concluir en un acuerdo para salvar a Venezuela aplicando medidas que serán apoyadas por todos. Si los líderes de la Revolución Bolivariana, comenzando por el Presidente de la República y su gabinete entiende bien su rol en esta coyuntura, deben ofrecer a los sectores de izquierda, centro izquierda y centro de la oposición participación en el gobierno para que haya coherencia en la aplicación de la acción concertada en el acuerdo para vencer la crisis. Corresponderá a los jefes del gobierno y la oposición explicar bien todo este proceso para evitar que los radicales puedan imponer  sus denuncias de anatema y  traición. Los extremistas de todas partes deben quedar reducidos en número y aislados políticamente.

El último punto del acuerdo debe establecer su duración, tras lo cual cada tendencia retomará su independencia para presentar su plataforma política ante el electorado.

La mayor amenaza que se cierne sobre Venezuela es perderla y sin país no hay revolución y no la habrá en los próximos cien años.

El nuevo Bloque Histórico.

En  sus “Cuadernos de la Cárcel” Antonio Gramsci escribió sobre el Bloque Histórico para enfatizar la influencia subjetiva en el nacimiento y desarrollo de las revoluciones. Eran tiempos en los que la óptica del pensamiento soviético colocaba el acento en las condiciones objetivas como el más eficiente estímulo para la revolución.

El Bloque Histórico es la conformación de la unión de voluntades de clases y grupos sociales que crean el consenso para la nueva hegemonía.

En la época de Gramsci, el eje central del consenso era la clase obrera  que se desenvolvía en la Europa fascista. Una clase obrera explotada y abusada, empobrecida y perseguida. El propio Gramsci que era miembro del Partido Socialista Italiano murió en una prisión de Mussolini.

En nuestro país se necesario ampliar el Bloque Histórico. En nuestra opinión el Bloque Histórico de nuestro país debe conformarse bajo la realidad venezolana y además de la clase obrera y el campesinado, debe tener también la participación de otros grupos y estamentos sociales.

Uno de ellos es la clase media profesional. En la actualidad son muchos los profesionales asalariados incluyendo a aquellos de las clásicas profesiones liberales. Cada vez hay más abogados, médicos e ingenieros que laboran a medio tiempo o a tiempo completo para un patrón público o privado. Más aun, en la revisión del rol del ingeniero que calcula los materiales necesarios para levantar un edifico conforme al diseño de un arquitecto y además dirige la construcción del mismo, podemos constatar que en la obra se acumula el valor de su trabajo para darle más plusvalía a la obra. Hay profesiones universitarias como la del Sociólogo que se aproxima mucho al pensamiento social y revolucionario. Podemos ir más lejos afirmando que la dirigencia de nuestros partidos revolucionarios en su mayoría están conformadas por personas provenientes de la clase media que después cierran filas con autores clásicos del marxismo para hablar de su lugar de origen social con desprecio, los pequeños burgueses le dicen a sus integrantes porque así es como marxistas leninistas de todas las nacionalidades se dirigen a la clase media.

No obstante, estimamos que hoy en día, eso no refleja la realidad por la razones que anteceden y muchas otras que todos conocemos y podemos dar por reproducidas. El mismo Presidente Chávez comenzó convocando a la clase media a su proyecto revolucionario y creó la Clase Media en Positivo que fue muy leal con su gobierno, pero más tarde el gobierno cambió de parecer y la desestimó, la criticó y la agredió con acciones como la de construir un edificio de Misión Vivienda en plena urbanización de clase media y llevar a morar en él, tanto a gente trabajadora y correcta como a un lumpen mal viviente dedicado a cometer  actos delictuales. Todo porque para algunos había que castigar a la clase media llevándole los problemas del barrio a su hábitat.

Es indispensable reencontrarse con la clase media, hay que incorporarla a la revolución. El nuevo bloque histórico debe contar con ella.

Todas las religiones, su jerarquía y su feligresía tienen que participar del nuevo bloque histórico. Las religiones en Venezuela están todas involucradas en la actividad social con orientaciones y asistencias espirituales en el orden familiar y laboral, con ayudas materiales de medicinas, alimentos. Son millones de venezolanos que se acogen a distintas religiones: católica, protestante, judía, musulmana. No hay nada que justifique la ausencia de ellos en una revolución que también debe representarlos y recibirlos en su seno. De nuevo hay que apartar a los clásicos sobre este particular porque no es admisible que un creyente no pueda ser revolucionario. Creemos que el Comandante Chávez fue un buen ejemplo de ello.

En este orden de ideas, los revolucionarios apoyamos al pueblo palestino en su derecho a tener un suelo propio, a que le den forma a un estado que entre al concierto mundial con todos sus derechos. No obstante, no apoyamos la desaparición del pueblo judío que también tiene derecho a disfrutar de un estado que lo acoja y le sirva de refugio histórico a las persecuciones que ha sufrido. No entendemos como no tenemos relaciones con el Estado de Israel que es distinto al Gobierno de Israel.  Se puede y debe criticar y confrontar al derechista y conservador gobierno israelí pero jamás podremos separarnos de la esencia del pueblo judío que libro tantas luchas contra el fascismo, la intolerancia y por la democracia.

Los militares no conforman una clase social, más bien un estamento constituido por una agrupación de personas que tienen una misión definida dentro de la sociedad y el estado y que a cambio reciben ciertos privilegios que no le alienan el respeto del resto de la sociedad. 

Si algo se ha demostrado durante el período de la Revolución Bolivariana es que en la Fuerza Armada puede haber compromiso con los cambios y de hecho ha ocurrido así, más allá de críticas puntuales por el enriquecimiento de algunos militares que le han fallado a la institución y a Venezuela.

Por otra parte, es cierto que aunque los militares votan en las elecciones,  no tienen militancia política ni pueden participar en elecciones populares para cargos públicos ni pueden hacer propaganda para parcialidades (partidos) políticos, pero si pueden deliberar políticamente dentro del marco de la Constitución y la leyes, todo ello según los artículos 328 y 330 de la CRBV. Es por ello que pueden compartir criterios de apoyo a las instituciones y fines del estado. Desde ese punto de vista debemos entender que es positivo que formen parte del nuevo bloque histórico.

Finalmente, debemos añadir a los empresarios nacionalistas y progresistas que han existido antes y también son una realidad ahora. Deben estar en el nuevo bloque histórico.

A personas de mi edad y a lectores de la historia contemporánea de este país, no les debe parecer un exabrupto esta afirmación. Cuando se formó el Frente Nacional de Liberación  (FLN) en Venezuela en los años sesenta y su existencia se prolongó hasta fines de los setenta, en él se incluían empresarios que incluso llegaron a  participar en la lucha armada que conducía las llamadas Fuerzas Armadas de Liberación nacional (FALN), brazo militar del FLN.

A fines de los años sesenta y el primer lustro de los setenta, existió una agrupación empresarial llamada ProVenezuela, que impulsaba la consigna de “Compre venezolano” para apoyar el movimiento de sustitución de importaciones que cobraba fuerza y contaba con el apoyo crediticio del gobierno. Empresarios como los Cervini y Alejandro Hernández, entre otros, eran líderes de estos proyectos. Uno de los Cervini, Reinaldo Cervini Viso, apoyó al Comandante Chávez en sus inicios como lo hicieron otros, hasta que el golpe del 2002, hizo cambiar de opinión al presidente. Particularmente, con Reinaldo Cervini hubo acres discusiones que se hicieron públicas y alejaron al capitán de empresas con resentimiento de la Revolución. Fue una lástima y la pérdida de alguien cuyo aporte era útil.
Hubo muchos empresarios que creyeron en el desarrollo de Venezuela, incluso provenientes de aquellos que emigraron de Europa en la post guerra. El poderoso desenvolvimiento de la industria automotriz nacional que llegó a suplir casi el 30% de los CKD importados de las casas matrices y que tenía poblada de fábricas a Maracay, Valencia y Mariara fue una muestra de ello. Fue en su segundo gobierno que Carlos Andrés Pérez, mediante un decreto, acabo con todo ese empresariado para pasar a cumplir con el Consenso de Washington y  someter a Venezuela al rol de exportadora de petróleo e importadora de todo lo demás porque esa era la división internacional del trabajo dominante. CAP acabó con la industria nacional sin ser revolucionario ni socialista. Compartimos un par de veces con CAP como candidato a las elecciones de 1988 que lo llevaron a su segunda presidencia. Entonces también existía el contrabando de extracción que era criticado por la izquierda y otros factores políticos y económicos. Recuerdamos que decía preguntándose a la vez: “¿No entiendo qué es eso de contrabando de extracción? ¿Cómo puede ser malo exportar? Deberíamos celebrarlo” Hay dos testigos excepcionales del momento.

Las relaciones con Estados Unidos de América.

Es necesario abordar este tema que se ha convertido en un espinoso asunto en el que la mutua desconfianza ha sembrado las espinas. 

Es importante que hagamos un esfuerzo para entender mejor cómo fueron, cómo son y cómo pueden llegar a ser las relaciones entre ambos países.

Es necesario informarnos sobre el pueblo estadounidense, sus liderazgos nacionales, los matices entre los liderazgos regionales dada las especificidades de los estados de la unión. Conocer  sus instituciones, sus organizaciones políticas y sociales. Por ejemplo, cómo es posible que dentro del partido Demócrata cohabite gente de izquierda con el centro y la derecha, y por más extraño que parezca,  lo mismo ocurra en el partido Republicano sólo que allí la derecha es la vasta  mayoría. Saber esto es importante de manera que los venezolanos llamados a tomar decisiones en materia de política exterior deben estar leyendo material provisto por nuestros “tanques de pensamiento” perennemente abocados a estudiar esa realidad.

En los EEUU son muchas las personalidades, autores, líderes sindicales, periodistas,  profesores universitarios, estudiantes y gente común que critican la injerencia de las grandes corporaciones industriales y comerciales en el Gobierno Federal, los gobiernos regionales y el Congreso. No seamos nosotros los únicos que lo vemos y mucho menos pensemos que somos quienes pueden hacer algo al respecto. Este es un asunto que cambiará o no de acuerdo a los pasos que dé en tal sentido el pueblo estadounidense.

Hay muchas maneras de acercarnos y familiarizarnos con los EEUU.  No debemos dejar que nos monopolice la idea de enfrentarnos. En la esfera de las relaciones diplomáticas son el enfoque en los intereses de nuestros países los que dictan la pauta. Los intereses comunes (que los tenemos con los EEUU, basta con hablar del petróleo, por ejemplo) siempre se pueden atender y ser puntos de encuentro. Los intereses nacionales cuando sean coincidentes también son accesibles a la conversación y el acuerdo, verbigracia, la acción conjunta contra un enemigo común que amenaza la soberanía de ambos. Los acuerdos contra el terrorismo tienen este fundamento y Cuba los ha firmado con los EEUU mucho antes de la actual distensión. Naturalmente, hay intereses nacionales que no pueden ser objeto de conversación y menos de acuerdo, tal es el caso de una solicitud para establecer una base militar en nuestro territorio, algo que prohíbe expresamente nuestra Constitución en su artículo 13.

No todo es blanco y negro en la actitud hacia Venezuela en Washington. Hay zonas grises porque hay quienes en el Departamento de Estado tienen una visión más inclinada a la colaboración que a una relación de dominación. Lamentablemente, en ocasiones no lo apreciamos así y terminamos por fortalecer a los últimos. Aquí podemos dar otro ejemplo, hace algunos años el Presidente Chávez ante un pedimento de ayuda de la comunidad del Bronx prometió por razones humanitarias enviarles combustible para la calefacción y combatir el frío invierno norteño. Eso no gustó a las autoridades de los EEUU, tampoco agrado  que utilizamos a CITGO y a una Fundación de los Kennedy en Boston ya que era improbable que el gobierno de Washington dejase atracar un barco para llevar el combustible. Más bien lo vieron como una afrenta, sobretodo porque nos apoyamos en la oposición, pues la Fundación era de los Demócratas y el Gobierno de Washington era Republicano (Bush),  pero no hubo comentarios públicos.  Ahora bien, por estos días se habla de ayuda humanitaria para Venezuela debido a los problemas internos con el suministro de alimentos y medicinas. Auxilio humanitario que públicamente no acepta el gobierno venezolano bajo ningún respecto. Más allá de que nuestro gobierno tenga razón o no, porque sin duda ello puede abrir una vía de penetración que puede ser maliciosamente usada dada la exacerbación de la política interna y siendo un hecho que en el norte apoyan a la oposición. Lo que pretendemos dejar al descubierto es la contradicción entre la actitud nuestra cuando ofrecemos la ayuda humanitaria y cuando nos la ofrecen a nosotros. Hay que ser serios y consistentes en la aplicación de la diplomacia. No podemos sostener posiciones contradictorias.

Pensamos que tal vez sería útil dejar de tener al Gobierno de los EEUU como el enemigo y bajarlo a la condición de adversario. Eso sería un paso importante. Enemigas son dos naciones en guerra, por eso la paz se firma entre los enemigos.

Si a alguien se le ocurriese invitarnos a firmar la paz con Washington seguramente diríamos que eso es una locura porque no somos enemigos para suscribir un acuerdo de paz. Entonces, debemos comenzar por dejar de aludir en discursos y entrevistas a los EEUU como el enemigo y comenzar a hablar de  nuestros adversarios.

Siendo adversarios el asunto es distinto. El concepto es diferente. Adversarias son dos personas cuando debaten concepciones distintas sobre un tema, dos equipos deportivos tratando de ganar el partido también son adversarios y no enemigos.

Sería interesante tratar de trabajar esta orientación para avanzar y mejorar las relaciones. A lo mejor más adelante  llegamos a trabar una amistad crítica que nos permita convivir con nuestras diferencias.

Los cierto es que este tema hay que abordarlo. Para bien de todos, incluso de nuestro país y su vocación democrática, libertaria y revolucionaria.

FVT/Ccs. 27/08/2016


(1) Las otras tres leyes de la Dialéctica Marxista son: El Encadenamiento de los Procesos, la Contradicción (pugna entre contrarios) y la del Progreso por Saltos o Ley del Salto cualitativo. George Politzer, Principios Fundamentales de Filosofía Marxista, 1932.

(2) Antonio Gramsci, trató el tema del sentido común con carácter filosófico en su obra que está dispersa en artículos que escribió para revistas y periódicos, en sus 32 Cuadernos de la Cárcel y en las Cartas de la Cárcel. Ver trabajo de Hugo Alberto Verdera, profesor de la Universidad de La Plata: “Gramsci y el cambio del sentido común. Su estrategia anticatólica.” 

(3) NEP son las siglas tomadas del inglés New Economic Policy 

(4) Mark Weinsbrot, “Un nuevo sistema cambiario para Venezuela”. Artículo aparecido en el diario “Ultimas Noticias”, edición del domingo, 2 de noviembre de 2014. Mark Weinsbrot es presidente de Just Foreign Policy, Washington D.C.