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martes, 21 de mayo de 2019

Las redes 5G podrían alterar las previsiones del tiempo

Parte de las emisiones 5G interferirán con las mediciones de vapor de agua (ITD)
Desde 2010 numerosos académicos y científicos llevan advirtiendo que las frecuencias utilizadas por algunos países para la red 5G interferirán con las mediciones que toman los satélites meteorológicos. Las sondas son incapaces de distinguir las moléculas de vapor de agua reales que hay en la zona de alance de antenas 5G que emitan en la banda de los 23.800 Mhz. Sin esta medición clave, no sabemos realmente qué ocurre ahí arriba con exactitud.

Múltiples satélites miden la presencia de agua a través de una leve radiación que emiten sus moléculas cuando flotan en la atmósfera. Las emisiones de las antenas 5G en dicha banda pueden hacerse pasar por presencia de vapor de agua y dar datos engañosos a los satélites. Peor aún: los científicos no saben exactamente la distorsión que pueden crear, así que las irregularidades que crearán son relativamente desconocidas.


A pesar de estas advertencias, Estados Unidos ha mantenido autorización de que las antenas 5G sigan operando en esta banda. No solo afectará a las mediciones sobre el territorio norteamericano, puesto que las condiciones atmosféricas de esa región acaban influyendo otras zonas vecinas pocos días después. Si los meteorólogos no saben con certeza cuáles son las condiciones en la costa este de Estados Unidos, no pueden crear modelos fiables para las precipitaciones en Europa hasta que sean inminentes.

La Organización Mundial de Meteorología pide que estas emisiones electromagnéticas de dichas antenas se limiten a -55 dBw, o decibelios vatio. Una forma de medir el “ruido” de las emisiones. La Comisión Europea fijó que el límite sea 20 veces más suave, elevándolo a los -42 dBw. EE.UU. sin embargo marcó el límite en -20 dBw, 150 veces más ruidoso.

Los 23.800 Mhz, o 23,8 Ghz, no son la única frecuencia polémica en la que las antenas de 5G podrán operar a nivel internacional. Cada país decide qué parte del espectro utilizan, y eso significa que pueden interferir con mediciones moleculares de otros satélites en órbita. En los 50.200 a 50.400 Mhz pueden provocar malas medidas de temperatura, mientras que en el límite de los 86.000 Mhz pueden trastocar las tomas de hielo atmosférico.

Diferentes moléculas son detectadas a diferentes frecuencias (Wikimedia)
Los 23.800 Mhz, o 23,8 Ghz, no son la única frecuencia polémica en la que las antenas de 5G podrán operar a nivel internacional. Cada país decide qué parte del espectro utilizan, y eso significa que pueden interferir con mediciones moleculares de otros satélites en órbita. En los 50.200 a 50.400 Mhz pueden provocar malas medidas de temperatura, mientras que en el límite de los 86.000 Mhz pueden trastocar las tomas de hielo atmosférico.

No está todo perdido. Aunque las primeras partes de este espectro ya ha sido adjudicado a algunas operadoras de EE.UU por los reguladores de comunicaciones federales (FTC), tanto la NASA como NOAA (la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional del país) están en plena batalla burocrática contra la FTC para que acepte estable medidas de protección de estas bandas.

Por: ÁLEX BARREDO
La Vanguardia

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