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lunes, 20 de mayo de 2019

¿Conoces el Ictus Cerebral?. Entérate aquí.

¿Qué es?

Los hombres sufren más ictus, pero en las mujeres es más grave.
El ictus es una enfermedad cerebrovascular que afecta a los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. También se le conoce como accidente cerebrovascular (ACV), embolia o trombosis

Los dos últimos términos, no obstante, se refieren más bien a distintas causas del ictus. Un ictus ocurre cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o es taponado por un coágulo u otra partícula. Debido a esta ruptura o bloqueo, parte del cerebro no consigue el flujo de sangre, oxígeno y glucosa, que necesita. La consecuencia es que las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciben oxígeno, por lo que no pueden funcionar y mueren transcurridos unos minutos.

Causas

Muchos de los factores que pueden aumentar las posibilidades de padecer riesgo no se pueden controlar (la edad, la historia clínica familiar, la raza o el sexo). Sin embargo, la mayor parte de los factores que aumentan el riesgo pueden ser cambiados, tratados o modificados.

Edad avanzada: Pasados los 55 años, cada década vivida dobla el riesgo de padecer un ictus. No obstante, esto no quiere decir que las personas jóvenes no sufran el problema.

Sexo: Se producen, más o menos la misma cantidad de ictus en los dos sexos. No obstante, más de la mitad de las muertes son en mujeres.

Herencia familiar y raza: El riesgo de sufrir un ictus es mayor si alguna persona de la familia lo ha padecido. Los negros tienen más riesgo de muerte y de padecer discapacidades más grandes que los blancos, en parte debido a que en esta raza la presión sanguínea elevada tiene más incidencia, y este problema es un factor de riesgo importante en ictus.

Haber sufrido un ictus recientemente: Una vez sufrido un accidente cerebrovascular las posibilidades de padecer otro aumentan considerablemente.

Tener la presión sanguínea elevada: La hipertensión arterial es el factor de riesgo que mejor predice el ictus. De hecho, otros riesgos dependen de éste. Aproximadamente un 70 por ciento de los ictus ocurren a causa de la hipertensión. Muchos científicos opinan que la mejora en los tratamientos de esta patología es una razón clave para explicar la bajada acelerada del número de muertes por ictus.

Fumar: En los últimos años los estudios han demostrado que fumar cigarillos es un factor importante de riesgo. La nicotina y el monóxido de carbono dañan el sistema cardiovascular de varias formas. El uso de anticonceptivos orales sumado al tabaquismo incrementa en gran medida el riesgo de ictus.

Padecer diabetes mellitus: La diabetes es un factor de riesgo independiente y esta relacionada en gran medida con la presión sanguínea elevada. Aunque la diabetes se puede tratar, padecerla incrementa el riesgo de ictus. Los diabéticos suelen tener también el colesterol alto y sobrepeso, lo que aumenta todavía más sus riesgos.

Sufrir enfermedad de la arteria carótida: Las arterias carótidas del cuello proveen al corazón de sangre. Una carótida dañada por la aterosclerosis puede bloquear el vaso y provocar un coágulo de sangre, que puede causar un ictus. El diagnóstico de este problema lo realiza el médico escuchando con su estetoscopio en el cuello y detectando un sonido anormal.

Presentar enfermedad cardiaca: Un corazón enfermo aumenta el riesgo de ictus. De hecho, las personas que padecen problemas cardiacos tienen el doble de posibilidades de padecer este problema. La fibirlación atrial (el latido rápido y descoordinado de las cámaras cardiacas superiores) aumenta particularmente el riesgo de ictus. El ataque al corazón también es una de las causas de muertes más frecuentes en los supervivientes de un ictus.

Sufrir ataques isquémicos transitorios: Se los conoce como mini ictus que producen síntomas similares, pero no daños que perduran.

Contador de glóbulos rojos alto: Un incremento moderado o importante del número de glóbulos rojos también es un indicador importante de ictus. La razón es que los glóbulos rojos provocan que la sangre se espese, lo que puede provocar coágulos más fácilmente.

La estación del año y el clima: Las muertes por ictus ocurren con más frecuencia con temperaturas extremadamente frías o calurosas.

Consumir alcohol en exceso: El exceso de alcohol puede aumentar la presión sanguínea, aumentar la obesidad, los triglicéricos, el cáncer y otras enfermedades, causar fallos cardíacos y, en consecuencia, provocar un ictus.

Ciertos tipos de consumo de drogas: Tomar drogas por vía intravenosa aumenta el riesgo de ictus debido a un émbolo cerebral. El uso de cocaína también se ha relacionado fuertemente a ictus, ataques de corazón y varias complicaciones cardiovasculares. Estos problemas se han dado, incluso, cuando se ha consumido por primera vez cocaína.

Síntomas

En general, los ictus son de inicio súbito y de rápido desarrollo, y causan una lesión cerebral en minutos (ictus establecido). Con menos frecuencia, un ictus puede ir empeorando a lo largo de horas, incluso durante uno o dos días, a medida que se va necrosando un área cada vez mayor de tejido cerebral (ictus en evolución). Por lo general, esta progresión suele interrumpirse, aunque no siempre, dando paso a períodos de estabilidad en que el área de tejido necrosado deja de crecer de forma transitoria o en los que se observa cierta mejoría.

En función del área del cerebro afectada pueden producirse muchos síntomas diferentes.

-Adormecimiento o debilidad repentina en la cara, el brazo o una pierna, especialmente en uno de los lados del cuerpo.

-Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender.

-Repentina dificultad para andar, mareo, pérdida de equilibrio o coordinación.

-Problemas repentinos para ver en uno o los dos ojos.

-Dolor de cabeza repentino sin que se conozca la causa.

Cuando el ictus afecta a la región izquierda del cerebro, la parte afectada será la derecha del cuerpo (y la izquierda de la cara) y se podrán dar alguno o todos los síntomas siguientes:

-Parálisis del lado derecho del cuerpo.

-Problemas del habla o del lenguaje.

-Estilo de comportamiento cauto, enlentecido.

-Pérdida de memoria. 

Si por el contrario, la parte afectada es la región derecha del cerebro, será la parte izquierda del cuerpo la que tendrá problemas: 

-Parálisis del lado izquierdo del cuerpo.

-Problemas en la visión.

-Comportamiento inquisitivo, acelerado.

-Pérdida de memoria.

Se han desarrollado algunas formas de saber cuándo una persona va a sufrir un ictus. Entre ellas, se encuentra, por ejemplo, la escala Cincinnati, que consiste en tres comprobaciones:

Asimetría facial: Se hace sonreír al paciente para comprobar si ambos lados de la cara se mueven de forma simétrica. En caso anormal, un lado mostraría deficiencias para moverse.

Fuerza en los brazos: Se indica al paciente que estire los brazos durante 10 segundos. En caso anormal, uno de los brazos no se mueve o cae respecto al otro.

Lenguaje: Se indica al paciente que hable. En caso anormal, arrastra las palabras, tiene problemas para hablar o no habla.

Si alguna de estas tres comprobaciones obtiene el resultado anormal, cabe la posibilidad de que el paciente vaya a sufrir un ictus.

Prevención

La Sociedad Española de Neurología recomienda una serie de hábitos saludables para evitar sufrir un ictus:

Llevar una dieta rica y saludable: Esta dieta también tiene que tratar de evitar el colesterol LDL, lo que se consigue reduciendo las grasas saturadas. Además, así se evitan problemas de obesidad: una persona debe mantener su índice de masa corporal por debajo de 25 para reducir el riesgo de ictus.

Realizar ejercicio de forma habitual y moderada: Los problemas derivados de una vida sedentaria pueden provocar otros problemas que a su vez causen un ictus.

No fumar: Además, la exposición pasiva al tabaco también aumenta la probabilidad de sufrir un ictus.

Moderar el consumo de alcohol: El consumo de alcohol no debe superar los 60 gramos al día, pero esto no significa que haya que evitarlo a toda costa: aquellas personas con un consumo leve (menos de 12 gramos al día) o moderado (entre 12 y 24 gramos al día) de alcohol tienen menos probabilidades de sufrir un ictus que aquellas personas que no lo consumen.

Llevar un control de la tensión arterial de forma regular: Para ello se pueden llevar controles sobre la tensión arterial. En aquellas personas que no hayan sufrido un ictus anteriormente la tensión arterial debería ser inferior a 140/90, y para diabéticos o personas que ya hayan sufrido un ictus, inferior a 130/80.

Si quieres conocer mas sobre esta enfermedad cerebrovascular, consulta a tu médico y visita la página de Cuídate Plus, donde leerás interesante información al respecto.


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